Lectio Divina por Tamara Ruiz de Nicaragua
0.- INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO
Divino Padre Eterno, en nombre de Jesucristo y por la intercesión de la Siempre Virgen María envía a mi corazón al Espíritu Santo.
Espíritu Santo, Dios de infinita caridad, dame Tu Santo Amor.
Espíritu Santo, Dios de las virtudes; conviérteme.
Espíritu Santo, Fuente de luces celestes; disipa mi ignorancia.
Espíritu Santo, Dios de infinita pureza; santifica mi alma.
Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya.
Espíritu Santo, Amor sustancial del Padre y del Hijo, permanece siempre en mi corazón.
Amén.
1.- LECTIO
La lectura está tomada del santo evangelio según San Lucas 17, 11-19
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo: « ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado». Palabra del Señor.
2.- MEDITATIO ¿Qué me dice a mí el texto?
La primera palabra que se viene a mi mente es Ingratitud, nos encontramos ante una situación donde Jesús sanó a 10 leprosos y solo uno, que es extranjero, se devuelve a agradecerle por haber sido sanado. Jesús pregunta ¿dónde están los otros nueve? El evangelio nos hace reflexionar que a veces somos ingratos con el Señor, cuando tenemos un problema clamamos a gritos y lágrimas a Dios pidiendo la liberación, pidiendo la sanación, Dios escucha nuestras suplicas, actúa en nuestra vida, miramos su mano misericordiosa sobre nosotros, pero somos incapaces de agradecerle por la muestra de amor de Padre. Cada día nos suceden pequeños milagros que nos marcan la vida, piensa ¿Cuáles son tus pequeños milagros?
La segunda palabra es Fe: Jesús le dice al samaritano que puede irse, que su fe lo ha salvado, ¿qué es la fe?: la fe nos da la capacidad de discernimiento; de escuchar al Señor que nos habla y nos da señales que direccionan nuestro caminar. La fe nos ayuda a superar momentos difíciles y entender aquello que nos parece incomprensible bajo la inteligencia humana.
Tener fe es creer, creer en Dios, y sobre todo aplicar su enseñanza en nuestra vida; el evangelio es claro: la mejor manera de agradecer a Dios es tener Fe, creer en Jesús, creerle es poseerle y actuar según sus enseñanzas para ser somos luz en la vida de los demás, porque hasta con una sonrisa reflejamos al Cristo que nos habita.
3.- ORATIO ¿Que le respondo a Dios?
Señor reflexiono acerca de mi pasado, no alcanzo a entender como me he alejado de ti.
La penumbra invadía mi alma, mi mente absorta en otras cosas, mi individualismo me hizo preso del egoísmo y la ingratitud hacia ti. Sin embargo Dios mío, tú siempre has estado allí, cuando todo me irritaba, cuando como autómata actuaba y reaccionaba sin pensar, tu Señor seguías a mi lado, no te veía Señor, fui ciego Señor y a pesar de todo no perdiste la paciencia conmigo; el amor estaba ahí, tu amor siempre ha estado presente a través de todo lo que me rodea, te has manifestado en mi vida de todas las maneras posibles y hoy me das la oportunidad de ver con claridad tus milagros en mi vida a través de tu palabra. Te pido infinitamente perdón, déjame remediar mis actos, muéstrame el camino para agradecerte, concédeme la fe para ver siempre las maravillas que haces en mí y en los míos, para valorar hasta los pequeños milagros con los que me invades mi vida. Amén
4.- CONTEMPLATIO ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
AGRADECIMIENTO Y FE, cada mañana al abrir los ojos y antes de empezar tu jornada has tu oración persona y recuerda: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado», esa es la promesa de Jesús, y en tu día a día no olvides valorar los pequeños milagros que te suceden.
5.- ACTIO ¿A qué me comprometo con Dios?:
El Papa Benedicto XVI señaló dentro de su carta apostólica Porta Fidei, que “la fe sin la caridad no da frutos y la caridad sin fe sería una sentimiento constantemente a merced de la duda”. Significa que la fe y el amor caminan de la mano. “La fe es lo que nos permite distinguir en los necesitados el rostro de Cristo” (Mateo 25,40).
La fe debe producir obras y esas obras son nuestro agradecimiento a Dios.
Has la acción que nace de tu corazón como muestra agradecimiento a Dios por los milagros que ha hecho en tu vida. Yo ya la hice compartiendo esta lectio con alguien especial.