Lectio Divina por Mariel Piñero de Argentina
0. Invocación al Espíritu Santo:
Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza
para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén
Lectura del Santo evangelio según san Lucas 17, 1-6
Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de quien los provoca! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitarán al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, perdónalo». Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Él respondió: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a es árbol que esta ahí: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, ella les obedecería.
Palabra del Señor
1. Lectura: ¿Qué dice el texto?
Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de quien que los provoca!.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo.
Los apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la Fe»
2. Meditación: ¿Qué me dice Dios por medio del texto?
Jesús nos instruye y anima a vivir la santidad desde tres aspectos en este texto: el escándalo, el perdón y la fe.
Al principio del relato Jesús nos dice que es inevitable encontrarnos con situaciones de “escándalo”, pero también nos advierte que el peligro más grave, es ser nosotros mismos motivo de escándalo para el resto, es decir, ser tentación u ocasión de pecado en la vida del prójimo; muchas veces influimos de manera negativa en el camino de fe de nuestros hermanos y esto tiene que ver con la falta de coherencia que vivimos los cristianos en ocasiones, en la que nos encontramos con nuestra arrogancia, prepotencia y hasta soberbia; por esto es muy importante ser humildes, reconocer nuestras falencias, pedir perdón y dejar que el Espíritu nos transforme para ser verdaderos testigos de Cristo.
En segunda instancia nos habla del “perdón”, nos invita a perdonar al que nos ofende las veces que fueran necesarias, a ejemplo de Él no medir la misericordia
Y por último la “fe”, al igual que los apóstoles necesitamos pedirle al Señor cada día que aumente nuestra fe, porque sólo desde esta mirada de fe, podemos sentir el deseo de vivir en el amor y en el perdón.
Preguntas para la reflexión:
• ¿Siento que mis acciones son correctas? ¿He sido ocasión de pecado para otros?
•¿Perdono a quienes me lo piden?
• ¿A quiénes necesito pedir perdón? ¿A quiénes perdonar?
3. Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor te pido que aumentes mi fe, que tu amor me impulse a la humildad y sabiduría en la decisiones del día, para no ser obstáculo en la santidad de mis hermanos y si recibo ofensas de su parte pueda perdonar y amar a tu modo. Amén.
4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
«Si se arrepiente, perdónalo”
“Si se arrepiente, perdónalo”
“Si se arrepiente, perdónalo”
5. Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Señor me comprometo a vivir este día teniendo muy presente la Palabra que nos regalaste, a ser cuidadosa con mis decisiones procurando ser testigo de tu amor y no escandalizar con mi acciones.