Lectio Divina por Adrián García desde República Dominicana
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo.
Ven Espíritu Santo porque tú presencia llena mi alma, fortalece mi ser y me prepara de corazón para recibir la Santa Palabra.
Ven a llenarme de ti, pues tú Santa presencia es esperada para recibir al Hijo de mi Dios, que es La Palabra hecha Carne.
Tú, Espíritu Santo, ayúdame a comprender, meditar y aplicar la Palabra de Dios; y que así como lo haces conmigo, otros puedan llenarse y regocijarse con la Buena Nueva, Amén.
Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; Él se volvió y les dijo: «Si alguno viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, sí quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.» ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía delegados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»
Palabra del Señor
Lectura: ¿Qué dice el texto?
En este Evangelio Jesús les deja bastante claro a todos cuánto le seguían, que seguirlo a Él no es simplemente decir que si y caminar junto a Él, si no, que para seguirlo debemos dejar todo lo que somos, familia y cercanos. Les dice que para seguirlo a Él, hay que pensarlo bien, para poder renunciar a lo que tenemos y lo que somos, y no hacerlo sin renunciar, pues no sería un Seguimiento Fiel y Verdadero.
Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto?
Siento que Jesús se siente bien y complacido de que le sigamos, que busquemos de Él, pero no quiere que lo hagamos por hacerlo, si no, que lo hagamos de corazón, que nos entreguemos a una vida que busque cada vez más de Él, siguiendo sus pasos verdaderamente, inspirados en su ejemplo, su caminar, y sus acciones del día a día.
Jesús quiere que entendamos que no hacemos nada siguiéndolo de palabras, más bien, que la Gracia de seguirlo y de estar junto a Él, solo se recibe una vez hemos dejado nuestra vida pasada atrás.
Esto es todo para que nos preparemos correctamente a seguirlo. Jesús nos explica que es algo que debemos pensar, preparar y luego, realizar.
Está lectura me hace preguntarme:
¿Estoy dispuesto yo a dejar todo por seguir Verdaderamente a Jesús?
¿Quiero yo seguir a Jesús con el corazón, pero también en mi accionar y en mi vida diaria?
¿Cuáles cosas debo dejar atrás que no me permiten seguir a Jesús como Él me ha llamado?
Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Señor, ayúdame a entender cuáles cosas debo dejar atrás en mi vida para poder acercarme más a ti. Ayúdame a saber acercarme más a ti, a entregarme más al verdadero camino, que eres Tú.
Gracias Señor, por decirme claramente de qué manera debo seguirte y cual debe ser mi camino.
Amén.
Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
- “El que no renuncia a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío”.
- “El que no carga con su propia cruz para seguirme, no puede ser discípulo mío”.
Acción: ¿A qué me comprometo?
- Descubrir las cosas que forman parte de mí que debo dejar atrás.
- Demostrar con mis acciones que verdaderamente he dejado atrás todo eso que no me permite seguir a Jesús completamente.
- Estar dispuesto a escuchar y responder el llamado que Jesús me hace, pues ese es el verdadero seguimiento que debo llevar.