Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 14, 15-24

Lectio Divina
Martes, 7 de noviembre de 2023
Martes XXXI Semana Tiempo Ordinario
Nicolás Reynoso de Argentina ✍🏻🇦🇷

Invocamos al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra

Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Evangelio según san San Lucas 14, 15-24 📖

15 Uno de los que estaban en la mesa escuchó esto y le dijo a Jesús: “¡Feliz es quien coma a la mesa en el Reino de Dios!”
16 Entonces Jesús le dijo: “Cierto hombre invitó a mucha gente a una fiesta que iba a hacer. 17 Cuando llegó la hora del banquete, envió a su empleado para decir a los invitados: ‘¡Vengan, todo está listo!’ 18 Pero ellos, uno por uno, comenzaron a presentar excusas. El primero dijo: ‘Compré un campo y tengo que echarle un vistazo. Te ruego que me disculpes’. 19 Otro dijo: ‘Compré cinco parejas de bueyes y necesito ver si están bien. Te ruego que me disculpes’. 20 El otro dijo: ‘Me acabo de casar y por eso no puedo ir’. 21 El empleado regresó y le contó todo a su señor. Se enojó mucho el dueño de la casa y dijo a su empleado: ‘Ve rápidamente por las calles y callejones de la ciudad y trae a los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos’. 22 Más tarde, el empleado dijo: ‘Señor, ya hice lo que usted dijo, pero todavía queda espacio’. 23 Entonces el señor le respondió: ‘Entonces ve por los caminos y callejones y exige a los que encuentres que vengan, para que mi casa esté llena. 24 ¡Pues les digo que ninguno de los invitados probará mi banquete!’”
Palabra del Señor.

Lectura. ¿Qué dice el texto?

Jesús estaba comiendo y uno de los comensales que lo había estado escuchando, se levantó, alzo la voz diciendo “Dichosos los invitados al banquete de los del reino de Dios”. Jesús le respondió contando una parábola.
Un hombre preparo un banquete e invito muchas personas (según la tradición de la época se enviaba en reiteradas ocasiones y la ultima vez es cuando el banquete ya estaba listo). El hombre mando a su siervo a informar a los invitados, estos declinaron la invitación excusándose en que habían comprado algún bien y tenían que ir por a verlo, otros dijeron que tenían compromisos familiares. El dueño de la casa se enojo y mando a llamar a los pobres, ciegos y lisiados, mas tarde el empleado le dijo: “Señor, ya hice lo que usted dijo, pero todavía queda espacio. Entonces el señor mando a llamar a las personas de los caminos y callejones hasta que la casa este llena. El Señor de la casa dijo: “Pues les digo que ninguno de los invitados probara de mi banquete”.

Meditación. ¿Qué nos dice Dios en el texto?

En esta ocasión esta Jesús compara del reino de los cielos y el banquete que preparo este hombre en la parábola. ÉL nos manda a llamar para participar del de su banquete, en la Eucaristía, en el Sacramento de la Reconciliación y también nos invita a alimentarnos de su palabra. El señor trae la salvación y nos invita a participar de esa fiesta, que es la santa misa.
Sin embargo, a pesar de ser llamados contantemente, le ponemos excusas, que el trabajo, que la familia, que estamos demasiados cansados, y cualquier otra excusa que se nos ocurra. Nos olvidamos de darle el lugar que se merece y ser coherente con el mandamiento de” Amar a Dios sobre todas las cosas”.
En ocasiones dejamos las cosas de Dios para cuando nos sobra un poquito de tiempo o justo cuando estamos motivados.
Amar a Dios implica un compromiso con Él, implica darle un verdadero lugar que se merece, tanto en nuestras vidas y en nuestros corazones.
Todos estamos llamados a Participar del banquete de Dios, pero no nos acostumbremos a que siempre tenemos la invitación a mano, porque llegara el día en qué el banquete este servido y ya no podremos participar.
¿Estas atento a las invitaciones que te envía el Señor?
¿Asiste a misa los domingos?
¿Le pones excusa a las cosas de Dios en tu vida?
¿Cuánto tiempo le dedicas a escuchar la palabra de Dios diariamente?

Oración. ¿Qué le decimos a Dios?

Señor Jesucristo, te pedimos que envíes al Espíritu Santo para que renueve nuestros corazones y sea un corazón dócil a tu llamado.
Santa Virgen María, por favor se nuestra guía y enséñanos a decirle SI a Dios, tal como tú lo hiciste en la venida del Ángel.

Contemplación. ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

“Pues les digo que ninguno de los invitados probará mi banquete”.

Acción. ¿A qué me comprometo con Dios?

Señor me comprometo a esta Semana a rezar un Rosario y a escuchar tu palabra en las Lecturas Diarias.
Pedir los sacerdotes que gracias a ellos es posible renovar nuestros corazones en el sacramento de la reconciliación y en la Eucaristía.

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