LECTIO DIVINA
MIÉRCOLES 25 DE OCTUBRE 2023
Miércoles XXIX Semana Tiempo Ordinario
P. José Manuel Reyes desde República Dominicana ✍🏻🇩🇴
Buen día hermanos, comparto con ustedes la reflexión a través de la Lectio Divina
Invocación Espíritu Santo
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetras las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Amén.
Lectura ¿Qué dice el texto?
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre».
Entonces Pedro le preguntó a Jesús: «¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?
«El Señor le respondió: «Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene.
Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales. El siervo que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más. Palabra del Señor
Meditación ¿Qué me dice el texto?
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús habla a sus discípulos del comportamiento a seguir en vista del encuentro final con Él, y explica cómo la espera de este encuentro debe impulsarnos a llevar una vida rica de obras buenas. (…) Jesús exhorta: «También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (v. 40). El discípulo es quien espera al Señor y su Reino. (…)
En la primera escena, el administrador sigue fielmente sus deberes y recibe su recompensa. En la segunda escena, el administrador abusa de su autoridad y golpea a los siervos, por lo que, al regreso imprevisto del señor, será castigado. Esta escena describe una situación frecuente también en nuestros días: tantas injusticias, violencias y maldades cotidianas nacen de la idea de comportarnos como dueños de la vida de los demás.
Tenemos un solo dueño al cual no le gusta hacerse llamar «dueño» sino «Padre». Todos nosotros somos siervos, pecadores e hijos: Él es el único Padre. Jesús nos recuerda hoy que la espera de la beatitud eterna no nos dispensa del compromiso de hacer más justo y más habitable el mundo. Es más, justamente nuestra esperanza de poseer el Reino en la eternidad nos impulsa a trabajar para mejorar las condiciones de la vida terrena, especialmente de los hermanos más débiles.
Todos tenemos el peligro de la pereza en nuestra vida de fe. O del amodorramiento, acuciados como por tantas preocupaciones. Hoy nos recuerdan que debemos estar vigilantes. Las comparaciones del ladrón que puede venir en cualquier momento, o el amo que puede presentarse improvisamente, nos invitan a que tengamos siempre las cosas preparadas. No a que vivamos con angustia, pero sí con una cierta tensión, con sentido de responsabilidad, sin descuidar ni la defensa de la casa ni el arreglo y el buen orden en las cosas que dependen de nosotros.
¿Soy fiel administrador? ¿Estoy presto para responderle al Señor?
¿Soy consciente de lo que hago? ¿Pienso tanto en la meta que olvido el camino por recorrer y a quienes se me ha encomendado? ¿Soy perezoso en mi apostolado?
Oración ¿Qué le digo al Señor según el texto?
Señor, al hombre de hoy le falta la capacidad de saber esperar, de perseverar, de seguir siendo fiel a sus propios compromisos, a las decisiones tomadas. Todo a nuestro alrededor nos hace soñar con que podemos obtenerlo todo inmediatamente, pero cuando los sueños no se cumplen, cuando no se nos da la recompensa por nuestro compromiso, perdemos el gusto por la vida, nos encerramos en el egoísmo y nos defendemos aislándonos de los otros.
Queremos pedirte humildemente, Señor, que nos concedas el don de la perseverancia, de la confianza a toda prueba, que es capaz de esperar con la certeza de que eres Tú el que da valor a lo que somos y hacemos.
Contemplación ¿Cómo interiorizo el texto?
“Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber”
“Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”
Acción ¿Cómo pongo en práctica lo reflexionado?
Cumple con entrega y compromiso tu deber como bautizado. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber.