Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 11, 15-26

Lectio Divina
Por Hugo Ramírez de Argentina ✍ 🇦🇷

Invocamos al Espíritu Santo

Ven espíritu de unidad, que nos invitas en cada acontecimiento de nuestra vida a permanecer unidos a vos, unidos a los demás, unidos a la vida. Regálanos el coraje de abrazar en nosotros mismos lo que nadie abrazaría para poder ser personas integras con nuestras luces y sombras.

Evangelio según Lucas 11, 15-26

Habiendo Jesús expulsado un demonio, algunos de entre la muchedumbre decían: “Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio”.
Palabra de Dios

Lectura, ¿Qué dice el texto?

Nos encontramos aquí con un texto que nos sumerge nuevamente en el corazón humano. Leemos aquí una escena donde un hombre es curado de un demonio por el mismo Jesús y en el mismo texto el descontento de otro por ver lo que pasaba, hasta es capaz de decir que expulsa ese espíritu en nombre de otro demonio. Lo que debería causar alegría por la liberación de un hermano causa todo lo contrario. Envidia? Celos? Lo que leemos también es que a pesar de todo lo que va aconteciendo Jesús sabe lo que hay en el corazón de cada uno.

Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Podemos decir que este texto de Lucas quiere hablarnos sobre la envidia que puede existir entre hermanos, también podemos decir que Jesús aquí quiere mostrarnos como es el modo de proceder de este espíritu malo que sabe que para lograr sus cometidos se mantiene unido a los suyos. Leemos después que este mismo espíritu es capaz de volver con más fuerza aun a entrar en nuestra vida si no cuidamos a pesar de nuestras buenas intenciones nuestro corazón.
Esto y muchas cosas más podrían interpelarnos este texto, pero quisiera invitarlos a darle una mirada más personal, donde seamos capaces de vernos con humildad y valentía capases de reconocer en nuestro corazón esos dos reinos que escuchamos se disputan. Podemos tener en el corazón la fuerza de dos reinos que no coinciden, que no son compatibles, que es imposible serle fiel a los dos. Y quizás esa división tenga que ver con mi vida, mi conducta, con mi mirada, con mis sueños. Quizás yo no deseo cosas buenas, quizás no veo con ojos de bondad, quizás mi conducta no coincide con la que dice tal estatuto, norma o mandamiento pero aun así es una parte de mi y debo abrazarla.
Hemos escuchado en otros textos acerca del trigo y la cizaña que deben crecer juntos, del hijo mayor que no se alegra por el regreso de su hermano arrepentido, del enojo de Marta porque su hermana no hace lo que para ella está bien, y así podemos seguir nombrando muchas escenas más. El corazón humano es capaz de latir de diferentes maneras pero todas ellas son miradas con misericordia.
Sintámonos invitados a mirar con amor estos dos movimientos que ocurren en nuestro corazón, pero abracemos con valor lo que está bien y lo que no esta tan bueno. Necesitamos ser personas integras y eso implica también abrazar eso que nos aleja de Dios. En este pequeño lugar donde acontece el reino no puede haber luchas internas, un reino con luchas internas dice el evangelio sus casas caen una sobre otra. Tengamos el coraje de abrazar lo que no nos gusta, lo que nos separa, tengamos plena confianza que abrazándolo con la mirada puesta en Él nada se desparrama, todo se integra.

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

Regálanos Señor una mirada integradora, de lo que es de tu reino y de lo que aun no está resucitado en nosotros, ayúdanos a ser personas integras y llenas de misericordia para con nosotros y para con los demás.

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

Pude ayudarnos a interiorizar este texto detenernos a escuchar cual es ese situación que nos aleja, que nos desparrama y nos hace entrar en conflicto con nosotros mismos y tener el coraje de compartirla con alguien de nuestra confianza. Quizás esto que para nosotros es un gran interrogante lo es para otros también. Y si esta pregunta o duda es la de otro también puede ayudarnos a buscar juntos, interiorizando este regalo de Dios.

Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?

Voy a mirar con mas amor y sin mis propias reglas mi vida y todo lo que descubro en ella, debo aprender a abrazar hasta lo que no es tan bueno en mi.

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