Lectio Divina
Miércoles 9 de octubre de 2024
Miércoles XXVII Semana Tiempo Ordinario
Raúl González de Panamá ✍🏻🇵🇦
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 11, 1-4
1 Un día Jesús estaba orando en un lugar y cuando terminó de orar, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.
2 Jesús le dijo: “Cuando oren, digan:
‘Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre; venga tu reino;
se haga tu voluntad como en el cielo así también en la tierra.
3 El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,
4 y perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden. Y no nos lleves hacia la tentación”.
Lectura ¿Qué dice el texto?
El día de ayer meditábamos el evangelio donde María se coloca a los pies de Jesús para escuchar su Palabra.
Y hoy en este evangelio la oración es una respuesta o un deseo que nace de la escucha de la palabra.
“Señor enséñanos a orar” dice uno de sus discípulos a Jesús. Y luego Jesús les enseña la oración del Padre Nuestro.
Esta oración que brotó de los labios de Jesús es una de las más antiguas e importantes del cristianismo.
Tiene siete oraciones o peticiones. El número 7 en la numerología bíblica es la plenitud y perfección. Por lo cual podríamos decir que es la oración perfecta.
Meditación ¿Qué me dice el texto?
Reconozco en mí el deseo profundo también que Dios ha puesto en mi corazón y que me impulsa a decirle a Jesús: enséñanos a orar. Me pone en dimensión que no es en singular, sino en plural. Que estoy junto a otros, que formo parte de una comunidad que ora conmigo y que me sostiene, y ora por mí cuando no tengo fuerzas.
A pensar verdaderamente en esta oración con cada una de sus peticiones.
Padre nuestro que estás en el cielo: tenemos un Padre que no es solo mío sino de todos, y que está en el cielo, a donde volveremos un día a la patria celeste.
Santificado sea tu nombre: santificar el nombre de Dios es darle la gloria a Él, así como Él se dio a conocer como “Yahvé” que significa “Yo soy”. Es usar su nombre para hacer el bien y no servirme a mi manera.
Venga a nosotros tu reino: Jesús vino a instaurar el Reino de Dios cuya promesa son la paz y el perdón.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: es llevar a plenitud la voluntad de Dios en mi propia vida.
Danos hoy nuestro pan de cada día: Dios nos sigue dando de su providencia divina, así como Dios el maná en el desierto. También nos da su palabra, la eucaristía, un trabajo digno.
Perdona nuestros pecados como también perdonamos a los que nos ofenden. Esta se explica por sí misma. ¿Con los que nos ofenden o nos han hecho mal, de qué tantos pecados nos han librado el Señor?
No nos dejes caer en la tentación: somos débiles, así como el pueblo en el desierto que murmuró contra la roca, que luego construyó un becerro, y la historia de Israel.
Líbranos del mal: líbranos del maligno que está al acecho.
Oración ¿Qué dice el texto?
Rezo la oración del Padre Nuestro lentamente. Y al decir cada frase me quedo en silencio y trato de gustar y hacer mía cada frase.
Contemplación ¿Cómo lo interiorizo?
Elijo una frase donde haya sentido y gustado que es la que más se ajusta en mi vida ajetreada de hoy.
Acción ¿A qué me comprometo?
A escuchar la Palabra de Dios y a orar, a hacerla vida.
Puedo proponer cosas concretas:
– Elegir una frase del Padre Nuestro para meditarla todo el día o por semana y ver qué me va diciendo, cómo lo voy viviendo.
– Establecer un ritmo de oración diario.