Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 10, 17-24

Lectio Divina
Por Osmarilys Sulbarán de Venezuela ✍🏻🇻🇪

INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

Oh Espíritu Santo, amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación.
Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24

En aquel tiempo, los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonio se someten en tu nombre”.
Él les contestó: “Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”.
En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quien es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN

El Señor había enviado a sus 72 discípulos a la misión, Lucas en su Evangelio nos cuenta lo que sucedió cuando estaban de regreso, al presentarse y relatar la experiencia vivida. Los discípulos al encontrarse con Jesús le dijeron: “hasta los demonios se someten en tu nombre”. Y Jesús les contestó: vi a Satanás caer del cielo como rayo. En el camino recorrido los discípulos descubren que Satanás es vencido en la medida en que la misión se va realizando, quedando debilitadas las fuerzas demoniacas, al ser sometidas al nombre de Jesús. Lográndose constatar que el éxito de la misión, se debe a la supremacía del nombre de Jesús, respecto a las fuerzas e insidias de Satanás.
Jesús también les dice “a ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”. De esta manera, les aclara a los discípulos que el fundamento de su alegría, el gozo de la misión y el entusiasmo que ella lleva como testimonio misionero, no dependen de la superioridad, ni del poder, estas actitudes nos impide obtener la salvación. La alegría tiene sus raíces en lo que el Señor siempre ha querido manifestar, y consiste en el hecho de ser amados por Dios”.
“Dios protege a su pueblo, y la relación con él, nos sitúa en ventaja frente a las fuerzas del mal”. Jesús nos recuerda que el poder que viene Dios no es solo gozo y superioridad, constituye un camino para experimentar aquello que él quiere de nosotros, y que se revela durante el cumplimiento de esta misión. Este camino nos permite crecer en la humildad que nos abre a la fe. La suficiencia nos cierra a la luz y benevolencia de Dios.
Dios es Agapetoi, es decir, Dios nos ama y abre para nosotros el camino de la salvación. En la realización de la misión nosotros somos probados en el sufrimiento y en la muerte, sin embargo, esto no es el fin, por lo tanto el motivo de la felicidad no está en salir libre e indemne de este sufrimiento, sino en el hecho de ser amados por Dios. De manera pues, que la expresión de Jesús de que nuestros nombres están escritos en el cielo, atestigua ese estar presente de Dios en el camino de nuestra vida. Y el éxito de la gracia divina en la misión de los 72 es vivida como el designio del amor de Dios y del Padre en comunión con la resurrección de su Hijo.
Así mismo, la misión no puede ir separada de la oración, Jesús dirige una oración al Padre, por los pequeños, pobres y desamparados, quienes han escuchado la palabra anunciada por los enviados.
¿Vivo yo el envío misionero de Jesús con superioridad o desde la humildad del corazón que pide el Señor?

ORACIÓN

Con estas ideas contéstale a Dios en Oración:
Señor líbranos de sentirnos superiores, danos un corazón humilde y sencillo, que nos abra a la fe. Y que en el camino de nuestra misión descubramos el propósito de nuestras vidas y nuestro nombre sea escrito en el cielo.

CONTEMPLACIÓN:

Quédate con una idea especial (Contemplación) dale vueltas a esa idea.
«Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”.

ACCIÓN: COMPROMISO

Proponte una meta para creerle a Dios y demostrar tu cambio.
Vivir con humildad la misión evangelizadora como discípulo misionero.

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