Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 1, 26-38

LLectio Divina Por Anthony Velazco de Panamá

Viernes 8 de Diciembre de 2017

Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 1, 26-38

1. Invocación al Espíritu Santo.
Señor, Padre y Madre celestial, a cuyo amparo aceptó estar la Virgen Inmaculada diciendo sí, a la noticia dada por el ángel, llevar en su vientre a tu Hijo; tú que la has transformado, por la acción del Espíritu Santo, en templo santo de tu grandeza divina, permítenos, siguiendo su ejemplo, la gracia de aceptar tus mandatos con humildad y alegría de corazón. Envíanos tu Espíritu en este día en que la Iglesia se regocija con la celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Por Jesucristo nuestro Señor.

2. Lectura: Lc. 1, 26-38. ¿Qué dice el texto?

26. Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth, 27. A una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28. Y entrando, le dijo: <Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.> 29. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. 30. El ángel le dijo: <no temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 31. Vas a conseguir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. 32. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33. Reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin>. 34. María respondió al ángel; < ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?> 35. El ángel le respondió: <El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombre; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. 36. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es el sexto mes de aquella que llamaban estéril, 37. Porque ninguna cosa es imposible para Dios.> 38. Dijo María: <He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra.> Y el ángel dejándola se fue.

Biblia de Jerusalén

Te invito a que leas varias veces el texto.
Hazte estas sencillas preguntas:
¿El ángel menciona unos nombres o títulos que dan la identidad del niño que nacerá, puedes nombrarlos?
¿Con qué misión nacerá este niño?
¿Cómo saluda el ángel a María?
¿Cuáles son las actitudes de María que más sobresalen en este texto?
¿Qué rol ejerce el Espíritu Santo en la concepción y nacimiento de Jesús?

Otros textos bíblicos para confrontar:
Isaías 7,14 (sobre el nombre de Jesús);
2 Samuel 7, 1-16 (sobre la dinastía de David)
Isaías 9, 7.

“¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, al estar inserta en el Adviento, se ha tornado en fundamento de alegre esperanza para la Iglesia universal en el momento que se está preparando para recibir al que viene a bendecirnos con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
a. Todo el saludo que le hace el ángel a María es muy denso en contenido y significado. Vamos a poner nuestra mirada sobre este: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”.
El “Alégrate” no es el equivalente de un “hola”, “yo te saludo”. Anunciar la alegría es parte del mensaje y, al mismo tiempo, se espera que el mensaje genere esta reacción en quien lo escucha.
El término “Alégrate” está en plena correspondencia con la naturaleza de la misión de María y con lo que Dios obra previamente en ella para el cumplimiento de esta misión. Entonces el “Alégrate” tiene que ver con todo lo que sigue en el relato de la anunciación. Por eso se puede decir que todo lo que el Ángel le anuncia es causa de regocijo para María como persona y para toda la humanidad.
b. Con el “llena de gracia”, la acción de Dios en la persona de María es específica: “Dios te ha hecho agraciada”. Notemos una vez más que se trata de algo más que un saludo, se trata del tipo de relación que Dios establece con María.
Dios ha intervenido en la existencia de María, la ha creado de tal manera que su amor y su benevolencia están dirigidos hacia ella como no lo ha hecho con ninguna otra criatura.
Sólo María es la “Llena de gracia”, la única que sido creada así, completamente llena, colmada, impregnada hasta lo más profundo de su ser por el infinito amor de Dios.

c. El amor primero de Dios es también su fidelidad primera. Quien ama se compromete. El Dios que elige también ayuda, porque Dios no llama a nadie para el fracaso. El “Yo estaré contigo” encierra una promesa que, en la Biblia, siempre proviene de Dios y de ningún otro. Consiste la declaración de compromiso de que no abandonará jamás a aquel que llama. Él es piso que sostiene una vocación.
Con su asistencia personal a María, a quien ha elegido, Dios viene en ayuda de su pueblo. En todos los casos en que Dios promete estar con alguien, ello no ocurre como un simple favor personal y exclusivo sino en función de su intervención histórico-salvífica en medio de su pueblo, así como con Moisés en el éxodo o los profetas en la conversión del pueblo. El interés de Dios por la salvación de su pueblo es el trasfondo en el cual María ejercitará su rol específico y por el que ella misma es salvada.

3. Meditación ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

En este día Solemne, María nos enseña cuál es la mejor manera de prepararnos para la Navidad. Antes de que la Palabra se encarnara en su seno se había ya encarnado en su corazón. Por eso supo decir SÍ. Su respuesta puede ayudarnos a revisar nuestras actitudes en este tiempo en que el Señor viene.
El motivo de la alegría es el descubrirnos amados y elegidos por Dios: su “gracia” y su “presencia/asistencia” personal. Ser mirados y llamados por Dios es lo mejor que nos ha podido suceder.
Dios da el primer paso para entablar con nosotros una relación personal. Su amor primero nos ha prodigado, desde mucho antes de que fuéramos conscientes de ello, detalles de su amor. Reconocerlos es por nuestra parte la primera manera de responderle: la gracia genera gratitud.
El Señor no llama a nadie para el fracaso, ¡todo lo contrario! Por eso nos da la certeza de que nunca nos abandonará.
Podrías hacerte las siguientes preguntas:
¿Cuál es la causa de tu alegría?
¿La misión que has emprendido es la que Dios desea, esa misión te llena de gracia?
¿Tienes certeza de la presencia de Dios en vida diaria?

4. Oración María me dice:

No temas, hijo, Dios te quiere;
te ama personalmente;
pensó en ti antes de que vinieras al mundo
y te llamó a la existencia para colmarte de amor y de vida;
y por esto ha salido a tu encuentro, se ha hecho como tú,
ha llegado a ser Jesús, Dios-hombre,
semejante en todo a ti, pero sin el pecado;
se ha entregado por ti, hasta morir en la cruz,
y así te ha dado una vida nueva, libre, santa e inmaculada.
(Benedicto XVI, 8 de diciembre de 2010)

5. Contemplación  

Quédate con una idea esencial y dale vueltas hasta que te apropies de ella.
Piensa en alguna de estas frases:

¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.
No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.
He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

6. Acción

Proponte una meta para creerle a Dios y demostrar tu cambio.
En este tiempo de adviento debo intensificar mi oración y prepararme adecuadamente para poder decir siempre “sí” con alegría al Señor en mi camino discipular.

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