Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 1, 26-38

Lectio Divina por Carlos Iván Mendoza de Panamá

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

26 En el sexto mes (de embarazo de Isabel), el ángel Gabriel fue enviado a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida con un hombre llamado José, un descendiente del rey David. El nombre de la virgen era María. 28 entrando donde ella estaba, el ángel le dijo: “¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo”. 29 pero María quedó confundida a causa de estas palabras y se preguntaba qué significaba ese saludo. 30 Entonces el ángel le dijo:“No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. 31 he aquí que quedarás embarazada y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor, Dios, le dará el trono de su antepasado, el rey David. 33 Él reinará sobre los descendientes de Jacob, y su reino no tendrá fin”. 34 entonces María dijo al ángel: ¿Cómo podrá suceder esto, si soy virgen?” 35 El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por tanto, el niño será llamado santo e Hijo de Dios. 36 he aquí que tu pariente Isabel ha quedado embarazada a pesar de su vejez. Es ya el sexto mes para ella, quien era llamada estéril, 37 porque nada es imposible para Dios”. 38 entonces María respondió: “He aquí la esclava del Señor; que se haga conmigo según tu palabra”. Y el ángel se fue.
Palabras del Señor.

1- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Hay dos puntos importantes en el hecho de la Anunciación que nos pueden ayudar también a nosotros a comprender la obra de arte de nuestra propia vida cuando dejamos que la pinte y la inmortalice el talento de Dios.
En primer lugar, se le dice a María: no temas. Se tiene la impresión que hay muchos creyentes que tienen en secreto miedo a Dios, como si lo que Él nos fuese indicando fuera algo inevitable pero indeseado. No temer a Dios, porque cuanto de tantos modos Él nos propone es a nuestro favor, para nuestro bien, lo más correspondiente con nuestro corazón.
Luego se le dice a la Virgen: mira a tu prima Isabel. El ángel está proponiendo a María… reconocer que la fidelidad de Dios se hace historia y se hace también geografía, en las personas y en los lugares en donde se nos ha narrado el amor de Dios.
Un amor fidedigno que no tiene límites ni mucho menos fronteras, Dios es fiel y lo demuestra en cada momento de nuestras vidas.
Deberíamos descubrir en nuestra vida a dónde mirar, a quiénes mirar, para que nuestros ojos no queden cegados por el sin sentido mezquino que nos imponen todos los excesos con que a veces nos hacemos daño.

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me dice el texto?

“Fijemos la mirada en esta sencilla joven de Nazaret, en el momento en que acoge con docilidad el mensaje divino con su «sí»; captemos dos aspectos esenciales de su actitud, que es para nosotros modelo de cómo prepararnos para la Navidad.”
(Papa Francisco).
Hagámonos estas preguntas para profundizar en estas palabras de vida eterna:
•¿Tengo miedo a lo que Dios tiene preparado para mí?
•¿Soy testigo de la fidelidad de Dios en mi vida y en la de otras personas?
•¿Qué es lo que me impide darle el “Sí” a Jesús? ¿Mis pecados?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le respondo a Dios?

Yo te saludo, María, porque el Señor está contigo: en tu casa, en tu calle, en tu pueblo, en tu abrazo, en tu seno.
Yo te saludo, María, porque preguntaste lo que no entendías –aunque fuera mensaje divino– y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste diálogo y palabra propia. Yo te saludo, María, porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida; y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si queremos hacer a Dios presente en esta tierra. Yo te saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su sombra, tanto en tormenta como en bonanza, dejando a Dios ser Dios y no renunciando a ser tú misma. Yo te saludo, María. ¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé, camina con nosotros, llévanos junto a los otros y mantén viva nuestra fe! Amén.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo tu mensaje, Señor?

Interiorizo las siguientes palabras y frase:
“No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia delante de Dios”

5.- ACCIÓN: ¿Cómo llevo esta Palabra a mi vida? ¿A qué me comprometo?

Regala a las personas con las que te relaciones, comprensión, alegría, tiempo… hazles sentir que el Señor llega.

Acerca de Carlos ivan Mendoza Alonso

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