LECTIO DIVINA
Por: Franklin Conil de Venezuela 🇻🇪
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Cerremos nuestros ojos y repitamos por tres oportunidades: ¡VEN, ESPÍRITU SANTO!, VEN, POR LA PODEROSA INTERCESIÓN DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, TU AMADÍSIMA ESPOSA, AMÉN.
LECTURA:
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6,44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».
Palabra del Señor.
Qué emoción que el evangelista san Juan ponga en labios de Jesús este discurso sobre el Pan de vida que se encuentra en el capítulo seis de su Evangelio, y que el Señor lo dirija «al gentío», es decir, a todos.
Todas las personas son los destinatarios de la salvación y de este mensaje en particular dónde Jesús se presenta como el Pan vivo que da vida al mundo.
Comienza diciendo que creer en Jesús y acercarse a él, es un don de Dios que sólo el Padre concede y que la fe es fuente de vida eterna.
Luego introduce el discurso sobre el pan de vida. Aquí el Señor deja en claro que no basta creer en él para tener vida, es necesario entrar en comunión con él a través de la recepción de su Cuerpo y de su Sangre.
MEDITACIÓN:
Decía San Ireneo de Lyon que «la gloria de Dios es que el hombre viva». El Papa Francisco escribió recientemente: «Cristo vive y te quiere vivo».
Nos encontramos en el pleno corazón de la Pascua en la que celebramos el triunfo de Jesucristo sobre el pecado y sobre la muerte y proclamamos que Jesús está vivo.
En este contexto el Evangelista san Juan nos presenta a Jesús como el pan vivo, que da vida dando su propia vida. Es una referencia clara a la Eucaristía como fuente de vida.
Entrar en comunión con Dios por medio de la fe y la Eucaristía es fuente de vida inagotable.
El Concilio Vaticano II proclamó que la Eucaristía es «Fuente y culmen de la vida cristiana».
Debemos dejarnos atraer por Dios a través de la fe y entrar en comunión con Jesús Eucaristía, pan vivo bajado del cielo para recibir su vida abundante y ser nosotros mismos portadores de vida.
¿Cómo está tu fe en Jesús como Pan de vida? ¿Cómo está tu relación con la Eucaristía? ¿Te dejas atraer por Dios o tu vida está cada vez más distanciada de la fuente de la vida?
ORACIÓN:
Pidamos a Dios Padre el don de la fe, la gracia de dejarnos atraer por él hacia su hijo Jesús para que tengamos vida.
«Padre, concédenos la luz de la fe, la gracia de dejarnos atraer por ti hacia Jesús. Que podamos descubrir en tu Hijo, muerto y resucitado presente en la Eucaristía, al viviente, al Pan Vivo bajado del cielo fuente de vida eterna y que por esta comunión con él seamos nosotros también portadores de vida.
Amén.
CONTEMPLACIÓN:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día».
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre».
ACCIÓN:
Les propongo meditar de manera personal qué áreas o aspectos de nuestra vida se encuentran aún sumidos en sombras de muerte.
Renovar nuestra fe en Jesús Pan de vida bien sea participando en la Eucaristía del día de hoy, visitando un momento el santísimo sacramento o meditando en oración el santo Evangelio del día de hoy.