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LECTIO DIVINA
Por Fidias Monroy de Guatemala
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, ilumina mi mente, abre mi corazón, toma mis manos, para que comprenda el mensaje de la Palabra, para que sienta la profundidad del amor divino, para que camine abriendo mis manos a los que necesitan curación y misericordia. Haz que la Palabra que escuchamos resuene en nuestro corazón y pase del corazón a la vida. Que no seamos sólo “oyentes” de la buena Noticia, sino que, con tu gracia, la llevemos a la práctica.
Amén.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 3, 31-36
Hablando acerca de Jesús, Juan Bautista dijo:
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra.
El que vino del cielo está por encima de todo. Él da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
El que viene de lo alto está por encima de todos, pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla las cosas de la tierra.
Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna.
¿Qué me dice el texto?
El Evangelio nos revela la divinidad de Cristo, quien fue enviado por Dios para salvarnos.
El que viene de lo alto está por encima de todos, como hijos de Dios, llevamos en nuestro interior ese deseo de lo infinito, puede conocerlo todo y siempre le quedará algo, puede tenerlo todo y siempre habrá algo que le falte.
Grandes personajes, sabios, filósofos han existido, pero ninguno de ellos tiene la certeza de la verdad absoluta, quien busca a Jesús, aspira a la vida eterna, quien se aferra a Jesús, lo encuentra todo, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
¿Qué le digo a Dios?
Pedimos al Señor, que nos aumente la fe, que siempre aspiremos a los bienes del cielo. Que nunca nos cansemos de buscarlo para que nos haga partícipes de su misión, para que de la misma manera que el Padre lo ha enviado así nosotros estemos en la entera disposición ser enviados por Cristo para ser constructores del Reino y así ser partícipes de la vida eterna.
Para contemplar y reflexionar:
¿Soy consciente de la presencia del Espíritu Santo en mi vida?
¿Tengo en mi corazón el deseo tan profundo de conocer a Cristo, recibirlo como verdadero camino a seguir, la verdad absoluta que nos hará libres y la plenitud de la vida que trasciende más allá de esta vida.
Acción:
A lo largo del día, me haré esta pregunta: ¿En quién estoy apoyando mi vida? ¿Es Jesús el que realmente ocupa el centro de mi corazón?
