LECTIO DIVINA
Lunes 28 de abril del 2025
Lunes de la segunda semana de Pascua
P. José Manuel de R. Dominicana ✍🏻🇩🇴
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amen…
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 3, 1-8
Había un hombre del partido fariseo, llamado Nicodemo, una autoridad entre los judíos. Fue a visitarlo de noche y le dijo:
—Maestro, sabemos que vienes de parte de Dios para enseñar, porque, nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.
Jesús le respondió:
—Te aseguro que, si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Le responde Nicodemo:
—¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Podrá entrar de nuevo en el vientre materno para nacer?
Le contestó Jesús:
—Te aseguro que, si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. De la carne nace carne, del Espíritu nace espíritu. No te extrañes si te he dicho que hay que nacer de nuevo. El viento sopla hacia donde quiere: oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así sucede con el que ha nacido del Espíritu. Palabra del Señor
Lectura, ¿Qué dice el texto?
En el texto de hoy el evangelista san Juan nos presenta la primera parte del encuentro y diálogo de Jesús con Nicodemo. El encuentro entre Jesús y Nicodemo, con el coloquio correspondiente, representa el primer discurso publico de Jesús. Este pasaje propone el tema fundamental del camino de fe. En este relato se nos indica este camino, bajo el influjo del Espíritu Santo. El autor menciona varias veces a Nicodemo. Este hombre de leyes y de vida pública se presenta a Jesús de noche. (Jn 3,2); vive en las tinieblas porque su fe es demasiado pobre, pero su presentarse a Jesús es característico del hombre abierto a la revelación y en busca de algo que no posee.
Las palabras de Jesús son una invitación a Nicodemo para que se sitúe en un nivel superior, para que experimente un nuevo nacimiento. Sin embargo, Nicodemo permanece en el nivel de la comprensión sensible, demostrando que todavía no está en condiciones de elevarse a un plano superior. Ante esta incomprensión, Jesús le aclara ulteriormente el sentido de sus palabras y su alcance espiritual con una segunda revelación (3,5). No se trata de un nuevo nacimiento carnal, sino de un nacimiento del Espíritu, que solo Dios puede poner en marcha en el corazón del hombre con la fe en la persona de Jesús (1,12).
El don del Espíritu era un tema que Nicodemo conocía bien gracias a la tradición profética (cf. Is 32,15; 44,3; Ez 36,25-27; Jl 3,1s). El sentido de la frase nacer del agua y del Espíritu es una invitación dirigida a Nicodemo para que se deje regenerar por la fe, que, a través del Espíritu, conduce al hombre a encontrar la revelación de Jesús y a vivir con él una experiencia intima de comunión. Así pues, son necesarias dos cosas para entrar en el reino: el agua, es decir, el bautismo, y el Espíritu, que permite el nacimiento de la fe. Ciertamente, el ser humano no puede entrar en la realidad de Dios con sus solas fuerzas. La débil naturaleza humana solo puede dar vida a criaturas carnales; el Espíritu, en cambio, engendra en la fe y da la verdadera vida.
Nicodemo comprendió que allí se le pedía una apuesta en la que toda su vida giraría. No le invitaban a un cambio moral, sino a un renacimiento integral. Le exigían que renunciase a sí mismo y a su vida propia y la depositara en las manos de aquel que le hablaba. Invitación que, hoy, se te dirige a ti y a mí. El encuentro con la persona de Jesús no puede dejarnos indiferentes.
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Para entrar en el Reino de Dios, dice Jesús, es necesario nacer de lo alto, nacer de nuevo. Se trata de cambiar los valores en los que predominan el propio interés, el poder y el placer y renacer a una vida nueva donde sentimos la alegría de experimentar aquellos valores espirituales que nos llevaran a actuar siempre con amor y preparan nuestros corazones para el servicio (como Nicodemo, a quien volveremos a encontrarle el día de esa «cita», al pie de la cruz, portando cien libras de mirra y áloe para ungir el cuerpo muerto de este Nazareno que ahora le habla), el perdón, la misericordia y la paz.
¿Soy como Nicodemo, no quiero que se sepa que soy cristiano(a)? ¿Cómo Nicodemo acepta la sorpresa de Dios?
¿Qué significa en mi vida personal “nacer de nuevo”? ¿Qué
¿Qué obras del Señor fortalecen mi fe?
¿Que nos revela esta comparación sobre la acción del Espíritu de Dios en nuestras vidas?
Nacer de nuevo es dejar que el Espíritu entre en nosotros y que sea el Espíritu quien me guíe y no yo y aquí, ¿Me dejo guiar por el Espíritu Santo?
Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Señor, tú invitaste a Nicodemo y nos invitas a todos nosotros a renacer de lo alto, es decir, del agua del bautismo y del Espíritu Santo. Somos conscientes de que nuestra vida cristiana tuvo su comienzo con el don del bautismo, con la efusión del Espíritu Santo que nos ha sido dado. Haz que esta presencia del Espíritu en nosotros crezca de día en día, conscientes de que esta inhabitación trinitaria en nuestra vida es un signo de tu amor, de tu deseo de establecer una comunión con nosotros. Permítenos pasar de una fe elemental a una fe adulta, para aprender primero a hacernos humildes ante el misterio y a hacernos pequeños ante el único Maestro de vida, que eres tú.
Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
Te aseguro que, si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Podrá entrar de nuevo en el vientre materno para nacer?
Te aseguro que, si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. De la carne nace carne, del Espíritu nace espíritu.
Acción, ¿A que me comprometo con Dios?
Dejar que Dios sea en mí. Al iniciar, cada nuevo día, pedir al Espíritu Santo que sea mí guía.