Evangelio del día – Lectio Divina Juan 21, 15-19

Lectio Divina por Johann Álvarez de Colombia – USA

Viernes VII Semana de Pascua Ciclo B

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo, luz de mis tinieblas, esperanza en mis errores, úneme a tu sabiduría infinita y enséñame el camino hacia la claridad de los momentos que me abruman día a día; restaurándome con tus brazos y en tu abrazo luminoso. Amén.  

1-LECTURA – ¿Qué dice el texto?

Del Evangelio según san Juan 21,15-19.

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».

Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».

Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras».

De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».

2-MEDITACIÓN – ¿Qué dice o nos dice Dios en el texto?

El texto nos muestra que Jesús vuelve sobre aquellos que ha escogido y ha apostado su visión. Y aún si sus discípulos demuestran a un Dios que se ha equivocado porque sus actos demuestran lo contrario, Jesús nunca pierde su visión. Retoma los despojos de la confianza fracturada en ellos, en especial vemos aquí, como el corazón derribado y desmembrada en Pedro, la unifica reiterándole su amor y llevándolo a él a retomar esa conciencia sobre ese amor, que supera cualquier error. Llevándolo en medio de sus ruinas a entender lo que permanece aún vivo, y lo que verdaderamente hace posible la restauración y el levantarse de nuevo. De igual manera le deja saber que su caminar en la medida que se adentre se complica, que no va a hacer fácil. Pero aún así lo invita a seguir adelante.

3-ORACIÓN – ¿Qué le digo o le decimos a Dios?

Señor, tal vez en mi vida he llevo cuenta del peso de mis errores, los dedos de los que me señalan, el miedo que me aísla y la culpa por negarte. Sin embargo siempre vienes a mi a recordarme cuanto me amas y mes restauras y me invitas a seguirte. Aunque a veces por temor sienta no poder reconocerte ni en mi vida ni en las situaciones. ¿A quién podría ir? Por eso eres Tú quien se dirige con amor reparador hacia mi. Ayúdame a levantarme y enséñame a seguirte con un sí inquebrantable. Amén.

4-CONTEMPLACIÓN – ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el mensaje de Dios?

Que esta plegaria nos afiance esa relación con el Amado. Respira profundo en cada frase al pronunciarla.

Respira:

Señor, Tú sabes que te amo. Ayúdame.

Respira:

Señor, Tú sabes que te amo. Restaurame.

Respira:

Señor, Tú sabes que te amo. Fortaléceme.

Respira:

Afirma: Quiero caminar contigo hoy y siempre”. Amén.

5- ACCIÓN – ¿A qué me comprometo?

Toma algún momento en que hayas negado a Jesús y sana esa relación aplicando sobre ese momento en concreto el ejercicio de contemplación. Úsalo las veces que sea necesario. Y ánimo, Él nunca ha dejado de amarte.

 

 

 

 

 

 

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