Evangelio del día – Lectio Divina Juan 21, 1-14

Lectio Divina por Carmen Amelia Reyes Liscano de Venezuela

Viernes I Semana de Pascua Ciclo B

Buenos días queridos amigos Cristonautas

Les saluda Carmen Amelia con fraternal cariño.

Hoy, viernes de la primera semana de Pascua, desde Venezuela, les comparto el ejercicio de la Lectura Orante de la Palabra.

Invocación al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo de Dios, toma poder de nuestras acciones, nuestros pensamientos y nuestros deseos. Dirige tu fuego abrasador a nuestros corazones y permite que en nuestra vida reflejemos siempre la voluntad de tu Palabra para que así podamos acercarnos a la santidad

Cantemos juntos:

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 21,1-14

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice:

-Me voy a pescar.

Ellos contestaban:

-Vamos también nosotros contigo.

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:

-Muchachos, ¿tienen pescado?

Ellos contestaron:

-No.

Él les dice:

-Echad la red a la derecha de la barca y encontrarán.

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:

-Es el Señor.

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:

-Traigan de los peces que acaban de pescar.

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:

-Vamos, coman.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

¿En qué lugar se ubica este relato del Evangelio? ¿Qué personajes encontramos? ¿Qué estaban haciendo los discípulos? ¿Cómo se apareció Jesús entre ellos? ¿Qué les pidió hacer? ¿Cómo reaccionaron los discípulos?

Después de responder estas preguntas, vuelve a leer el texto, esta vez, ubicándote en la escena, convirtiéndote en protagonista de esta tercera aparición de Jesús Resucitado

Meditación:

¿Qué me dice el texto?

El Señor llega sin avisar y nos pregunta por el alimento: Muchachos ¿Tienen pescado?

Cuántas veces soy capaz de reconocer que no, que no tengo una pesca abundante que pueda presentar como ofrenda, es allí cuando el Señor se presenta Resucitado y me pide que vuelva a echar las redes y en esa acción abandono mis frustraciones y fracasos, se hace presente la fe y la esperanza que me permite poner el corazón en cada cosa que hago.

¿Pongo en el Señor toda mi mente y mi corazón para echar las redes? ¿Reconozco la presencia del Resucitado en mi vida? ¿Soy capaz de acercarme a la orilla y junto a las brasas poner el pez que solo yo puedo pescar? 

Oración

Tu presencia en mi vida quiero reconocer Señor. 

Resucitado te presentas,

Alimento y camino,

Solicitud constante a echar las redes,

Luz en medio de mis fracasos,

No me das nunca por perdida,

Confías en mí y en lo que soy capaz de hacer,

Yo quiero arriesgarme contigo,

Ir a tu encuentro apresurada,

Ceñirme la túnica de la esperanza

Lanzarme al agua y abrazarme a ti.

Gracias por estar conmigo en las noches de mi existencia, gracias por brindarme rumbo en medio de mis fracasos y frustraciones, gracias Señor porque Resucitado te muestras ante mí y me invitas a compartir lo que soy, lo que tengo, lo que hago y tú no me desprecias. Amén 🙏🏻

Contemplación

Es el momento de hacer silencio interior, de dejar que Dios hecho Palabra, penetre mi ser.

Y repito, una y otra vez: Es el Señor

Acción

¿A qué me comprometo?

A anunciarte resucitado con acciones concretas: alimentando a una persona necesitada de mi comunidad, brindándole el pez que tú me has pedido pescar.

 

Acerca de Carmen Amelia Reyes Liscano

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