Lectio Divina
Viernes IX Semana Tiempo Ordinario Ciclo B
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Carmen Amelia Reyes L., Venezuela ✍🏻🇻🇪
Invocación al Espíritu Santo:
Oración de san Agustín al Espíritu Santo
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al conocimiento de la verdad en toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amén.
Lectura:
Evangelio según San Juan 19, 31-37
31 Entonces los líderes judíos le pidieron a Pilato que rompiera las piernas de los que habían sido crucificados y que los quitara de las cruces. Porque era el día de la Preparación, y así los cuerpos no quedarían en la cruz en el sábado, pues aquel era el Gran Sábado.
32 Los soldados, entonces, fueron y rompieron las piernas del primer hombre que había sido crucificado con Jesús y luego rompieron las piernas del otro, 33 pero cuando se acercaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto y por eso no le rompieron las piernas. 34 Pero uno de los soldados atravesó el costado de Jesús con una lanza y al instante, salió sangre y agua.
35 El que vio esto da testimonio, y su testimonio es verdadero, ya que él sabe que dice la verdad para que todos ustedes también crean 36 Estas cosas sucedieron para que se cumpliese lo que dice la Escritura: “Ninguno de sus huesos será roto”. 37 Y de igual manera otro lugar de la Escritura dice: “Mirarán al que atravesaron”.
En el evangelio de hoy recordamos la pasión y muerte de Jesús, estaba próxima a celebrarse la pascua judía y los líderes pidieron a Pilatos no dejar los cuerpos en las cruces, solicitaron que las piernas fueran quebradas para acelerar la muerte de los crucificados, pero cuando llegaron a Jesús, vieron que ya había muerto, para asegurarse de esto un soldado atravesó el costado, de donde brotó sangre y agua.
El evangelista reafirma que este testimonio fue de primera mano, que no se lo contaron, sino que él lo vio con sus propios ojos y da testimonio para que otros crean, además, recuerda las profecías y con esto confirma que aquel a quienes los judíos esperaban era Jesús, a quien habían dado muerte en la cruz.
Meditación:
La imagen del corazón traspasado de Jesús, nos presenta, más que una belleza poética, una realidad salvadora, de Dios hecho hombre que padeció y dio hasta la última gota de sangre de su cuerpo por amor a la humanidad, de un corazón que late lleno de pasión por nosotros, por ti y por mí.
Les invito a que se pregunten conmigo: ¿Soy capaz de valorar el latido del Corazón de Jesús que pronuncia mi nombre? ¿Qué siento cuando contemplo a Jesús muerto en la cruz?
Oración:
Nos disponemos a responder al Señor con nuestra oración sencilla y sincera.
https://www.youtube.com/watch?v=O8_QEbc4FfY
Señor Jesús:
Tu amor apasionado marcado por el corazón desgarrado, me invita a entregar la vida, a donarla para servir…
Tu amor hasta la muerte me enternece, me llena de dudas, de preguntas, de búsquedas…
Tu amor que venció la muerte me estremece hasta los huesos y me impulsa a caminar siempre a tu lado.
Gracias Señor, porque tu amor de una generosidad inconmensurable no me deja indiferente.
Amén
Contemplación:
Frente a la imagen de Jesús muerto en la cruz, en silencio repetimos, dejando que el Señor hable al corazón:
“Mirarán al que atravesaron”
Acción:
Ante la cultura de la indiferencia, me comprometo a practicar la caridad con el prójimo que ha sido atravesado por la muerte trágica de un ser querido, por la enfermedad o por el hambre. Que el Corazón traspasado de Jesús, me conmueva a consolar con hechos y palabras.