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Lectio Divina por Raúl Gozáles Osorio de Panamá
Lunes 29 de mayo de 2017
Lectio Divina
Lunes VII Semana de Pascua
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu de Dios sobre mi.
Me abro a tu presencia, cambiarás mi corazón.
Toca mi debilidad,
Toma todo lo que soy.
Pongo mi vida en tus manos
Y mi fe.
Poco a poco llegarás
A llenarme de tu luz.
Tu cambiarás mi pasado.
Cantaré.
Evangelio Según San Juan 16,29-33.
Le dicen sus discípulos: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios.» Jesús les respondió: « ¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.»
Lectura
Nos situamos en el contexto del evangelio de hoy el cual sigue siendo el ambiente de la Última Cena, ambiente de amor y despedida, de miedo y tristeza, porque no se sabe qué pasará. Cabe destacar que el evangelista Juan cuando lo escribe a las comunidades de Asia menor también toma en cuenta la realidad de las comunidades a las que el se dirige, por lo que es un muy probable que también vivan el mismo clima, y con estas palabras quiere actualizarnos las Palabras de Jesús. Lo cual también se adapta a nuestra realidad; hoy también vivimos sumidos en una expectativa ante los sucesos cambiantes de nuestra historia y buscamos refugio y fortaleza en la Palabra de Jesús.
Jesús quien acostumbraba hablar en parábolas habla en un lenguaje más claro y directo, y los discípulos, a quién Jesús normalmente explicaba las parábolas, creen que entienden todo. Pero no es así. Los discípulos, cortos de pensamiento, creen comprender a Jesús con sus esquemas. A lo que Jesús reprocha y anuncia que ha llegado la hora. Sí, ha llegado el instante, el momento, el paso del Señor, de ese Dios que no se ajusta a nuestro pensamiento, sino que sorprende, que desarma nuestros esquemas, que hace nueva todas las cosas y que nos trae sorpresas, aunque esto incluya pasar por el dolor y la tribulación.
Jesús no está solo, está con Su Padre, nuestro Padre. Esta es la confianza de Jesús que le sostiene y le acompaña en cada paso. Así como en la historia de la Salvación, Yahvé no se aparta de su pueblo, habla con los profetas, y guía al pueblo de Israel por el camino de la salvación.
Meditación
La situación del mundo de hoy se parece a las comunidades a las cual Juan escribió el Evangelio: alegría, tristeza y no saber qué pasará después. ¿Encontramos refugio y fortaleza en la Palabra de Jesús?
¿Soy consciente que no puedo meter a Dios en mis propios esquemas? ¿Me dejo sorprender por Jesús? ¿Me hago partícipe con Jesús, dándole un sentido a nuestra vida, quien también pasó por el dolor y el sufrimiento, apoyado por Su Padre?
¿Por qué me cuesta experimentar la presencia del Padre en mi vida, en cada instante?
Oración
Te doy gracias Señor por esta Palabra que ilumina mi corazón. Gracias porque me bendices cada día con una familia y una comunidad eclesial para caminar hacia Ti.
Te pido refugiarme todos los días en tu Corazón, para encontrar sosiego y la paz, que solo procede Ti Te pido por todas las personas que me rodean, que también necesitan de Ti, para que los sostengas y les animes con tu fuerza y tu gracia.
Ante ti no necesito aparentar, Tú sabes quién soy. Tú lo sabes Señor.
Ayúdame a dar cada paso con firmeza, tanto en las alegrías como en el sufrimiento, dame siempre tu ánimo, Tú, Sólo Tu, que has vencido al mundo.
Amén.
Contemplación
“¡Ánimo¡ Yo he vencido al mundo”
Acción
Recuerda que la acción debe ser concreta y acorde a tu realidad.
Entre las propuestas: Apoyarme en la Palabra de Jesús (haciendo Lectio Divina todos los días), identificar a alguna persona cercana que esté pasando un mal momento y acompañarle, aunque no sepa qué decirle.
