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Lectio Divina por el Padre Frandy Jean Louis de Haití
Lunes VI Semana de Pascua Ciclo B
O. -Invocamos al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo ilumina nuestros corazones con la fuerza infinita de tu luz y sabiduría,
Y prepáranos para este encuentro con Jesús el centro de nuestra vida.
Espíritu Divino abre nuestro entendimiento a tu Palabra eterna y llénanos de la alegría de Jesús.
Amén
1.-Lectura, ¿Qué dice el texto?
Lectura del santo Evangelio según san Juan (15,26-16, 4)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Cuando venga el paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.
Palabra del Señor
2.-Meditación. ¿Qué me dice el texto?
La Palabra de Dios, siempre nos exhorta a perseverar en la fe en Cristo, con la ayuda del Espíritu Santo. Pues él vendrá de ayuda en nuestra debilidad, nos fortalecerá a seguir sin desfallecer en la fe y la verdad, a pesar de los tiempos duros que vendrán o que quizás ya estemos viviendo. Porque Él mismo lo dijo, que era necesario que Él se fuera pero que enviaría el Paráclito.
A pesar de las circunstancias, no debemos dudar de la bondad de Dios, al contrario, debemos seguir confiando en su cuidado y amor. Incluso cuando Dios permita que atravesemos situaciones que no son de nuestro agrado, debemos refugiarnos en Él, confiar en su protección.
En algún momento de nuestras vidas aparecerán retos o circunstancias que parecerán muy difíciles de combatir o superar: el deceso de un ser querido, problemas económicos, enfermedades sin cura, crisis sanitaria mundial y otras. Lo que debes saber es que Dios está a nuestro lado y nos ayuda en todo momento. Definitivamente, el Espíritu Santo es nuestro consuelo en los momentos difíciles.
Verdaderamente, Dios ha prometido estar con nosotros cada día de nuestras vidas. Confía en su abundante bondad y promesa.
3.-Oración. ¿Qué le respondo al Señor?
Señor, te damos gracias por el Espíritu Santo que nos has regalado por amor, y que cuida de nosotros, hijos de Dios. Nos proteges de nuestros miedos, angustias, tristezas, de las asechanzas, del enemigo y nos das Sabiduría para pronunciar tu nombre ante nuestros enemigos y adversarios de este mundo.
4.-Contemplación. ¿Qué me resuena? ¿Con qué me quedo?
Que ante la ausencia física de Jesús, hay una nueva presencia: la del Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre.
5.-Acción. ¿A qué me comprometo?
A pedir el Espíritu Santo todos los días para cada una de mis situaciones diarias.
Y en palabras del Papa Francisco orarle así: Espíritu Santo, haz que mi corazón esté abierto al bien, que mi corazón, esté abierto a la belleza de Dios, todos los días…
¿Cuántos de ustedes rezan cada día al Espíritu Santo? (Homilía de S.S Francisco, 15 de mayo de 2013).
A dar testimonio de lo que he visto y he oído, con la esperanza firme y confiada en el Espíritu Santo, que nos ayuda a perseverar en la fe.
