Evangelio del día – Lectio Divina Juan 12, 44-50

Lectio Divina de Daisy Iveth Concepción de Panamá

Miércoles de la IV Semana de Pascua, Memoria de San Isidro Labrador

“El que cree en mí; no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado”

👼🏻 Invocamos al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, ven con todas tus fuerzas y prepara el terreno de nuestro corazón, para que tu Palabra caiga en terreno fértil y de frutos en abundancia.
Amén

📖 Del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50

En aquel tiempo Jesús exclamó: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí.
Palabra del Señor

📕 Lectura, ¿Qué dice el texto?

En este pasaje bíblico, Jesús da respuesta a todos aquellos que, aún viendo todos los milagros que había hecho delante de ellos, no creían en Él (Jn 12, 37).
Un discurso en el que Jesús mismo nos sintetiza su misión: Él es la realización y revelación plena de Dios. Así como nos dice el prólogo de este libro de San Juan: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Jn. 1,18).
En el Antiguo Testamento, el libro del Éxodo nos dice que Moisés le pide a Dios que le deje ver su rostro, a lo que Dios le responde: «Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre de Yahveh; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia con quien tengo misericordia.» Y añadió: «Pero mi rostro no podrás verlo; porque no puede verme el hombre y seguir viviendo.»» (Ex. 33, 18-20).
Sin embargo, con la Encarnación ocurre un cambio en esta búsqueda del Rostro de Dios, porque ahora se puede ver este rostro en la persona de Jesús. Tal como podemos leer sus palabras en la última cena: “He manifestado tu Nombre a los hombres… Yo les he dado a conocer tu nombre” (Jn. 17,6.26).
Al decir, “El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar”; Jesús nos muestra que gracias a esa relación Padre- Hijo, la humanidad ha podido ver el rostro de Dios, por el Hijo se cumplen todas las promesas y todas las palabras dadas por el Padre, para que iluminen el entendimiento y voluntad del hombre y así no camine en tinieblas.
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

📗 Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Un rostro, una luz y un madero

Es en Jesús de Nazareth que Dios visita y vive con su Pueblo. Dios nos ha amado tanto que se encarnó, se hizo hombre, caminó y convivió con nosotros. Vino a iluminar a quien camina entre sombras; a despertar a quien duerme, aunque al principio esa luz moleste pero luego ve todo con claridad; a ser esa luz por la cual los ladrones huyen porque ya no hay oscuridad.
Y así como al principio, con Adán y Eva, hubo un árbol por el que entró el pecado; con Jesucristo también lo hubo, un madero hecho cruz que sostuvo al Señor y nos llegó la Salvación.
Hoy el Señor quiere recordarnos que vino para SALVARNOS, valemos la sangre de Cristo. Las palabras de Jesús son las Palabras del Padre, y como todo buen padre quiere acompañarnos, aconsejarnos y guiarnos. ¿Escuchas, meditas y pones en acción verdaderamente la Palabra de Dios? ¿Quién es para ti Jesús?

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

📘 Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

Padre amoroso, tu que nos revelaste tu rostro en la persona de Jesús, ilumina nuestro entendimiento, nuestros pasos y acciones, ordénalas conforme a tu voluntad y no permitas que nadie ni nada nos separe de ti.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada uno pone sus intenciones.
Amén.

📙 Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

Repetimos:
“Lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí”.
“Lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí”.
“Lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí”.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

💒🏃‍♀🏃‍♂ Acción, ¿A qué me comprometo con esta Palabra?

Hablarle sobre el amor de Dios a alguien que vive sin esperanzas en la comunidad donde vivo.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

Acerca de Daisy Iveth Concepción Martinez

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