Por Dayan Hernández de Nicaragua 🇳🇮
Invocación al Espíritu Santo
Espíritu Santo de Dios, ven que te necesito, sé mi fuerza, mi guía y mi luz en me dio de la oscuridad, ven y llévate
todas mis tristezas e inseguridades, ven y dame tu sabiduría
y entendimiento para discernir tu Palabra Santa. Amén.
Evangelio Según San Juan 11, 45-56
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”.
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”. Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”
Palabra del Señor.
1. Lectura. ¿Qué dice el texto?
El Evangelio nos habla de cómo las personas que seguían a Jesús creían en él, sin embargo, había otros que dudaron y fueron donde los sumos sacerdotes a contarles todo, lo que habían visto, no para glorificarlo precisamente, sino para que los sumos sacerdotes tomaran cartas en el asunto y lo detuvieran.
Por otro lado, Caifás sumo sacerdote de ese año profetizó la muerte de Jesús, no por mérito propio, sino por el hecho de la figura que representaba en aquel tiempo.
2. Meditación. ¿Qué me dice el texto?
Este texto, me habla de manera personal, en la figura de los que seguían a Jesús, ya que muchas veces he actuado como los que se fueron a acusarlo con los sumos sacerdotes y lo he dejado solo, como cuando doy gusto a mis tentaciones y no escucho la voz del Señor en mi vida, muchas veces he sido también como los fariseos que acusan a Jesús y no solo lo acusan, sino que también lo persiguen, siendo desobediente, desordenado y actuando de manera impulsiva con mis seres queridos.
3. Oración. ¿Qué le digo a Dios con este Texto?
Señor Jesús, perdón por perseguirte, por no creer plenamente en ti, en tus prodigios, por ser de corazón duro, por no defenderte ante los que te escupen y blasfeman, perdón por condenarte a muerte con mi pecado Señor.
Te pido que me conviertas en un hijo fiel a tu Palabra y que uses mi vida para los planes que Tú quieras para mí, te pido que me hagas un hijo más obediente a tu Palabra y a tus mandatos.
Todo te lo pido a ti que vives y reinas, por los siglos de los siglos.
Amén.
4. Contemplación. ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
“Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”.
5. Acción. ¿A qué me comprometo con esta Palabra?
Hoy me comprometo a no hablar mal del prójimo, así sea que esa persona o esas personas me hayan hecho algo malo.
Me comprometo a ser un hombre más fiel y menos escéptico a la Palabra de Dios y sus promesas.