Evangelio del día – Lectio Divinas Juan 1, 35-42

Lectio Divina por Hugo Ramírez de Argentina

0- Invocación

Ven Espíritu Santo y acompáñanos en este nuevo comienzo qué hacemos con tu Palabra. Ven Espíritu Santo y enséñanos a descubrirte y a descubrir lo que nos pides en este tiempo. Ven Espíritu que acompañas todos los comienzos y enséñanos a disponernos en este nuevo año a ser dóciles a tu mensaje de amor. Amén.

1- Lectura
Lectura del santo Evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»

Palabra del Señor

2- Meditación
En estos versículos del evangelio de Juan podemos apreciar el comienzo de la misión de dos jóvenes.
Por un lado nos encontramos con Andrés que se encuentra con el testimonio de Juan cuando él le exclama “este es el cordero de Dios” y Andrés se llena de preguntas y sale al encuentro de su búsqueda.
Más adelante nos encontramos con otro joven llamado Simón Pedro que se encuentra con el testimonio de su hermano Andrés qué le dice “hemos encontrado al Mesías” Y éste testimonio lo anima también a él a salir de su comodidad, de su zona de Confort, y Buscar también al Cristo.
Tengamos en cuenta que la misión de estos dos jóvenes se da gracias al testimonio que dos jóvenes dan de su encuentro con Jesús.
Pensemos por un momento en las personas que han dado testimonio de Jesús y que gracias a ese testimonio yo hoy estoy siguiéndolo y continúo su misión en el lugar donde estoy.

3- Oración
En este momento dispongo mi corazón para que él se exprese y pueda recordar cuando escuchó por boca de otros “Este es el cordero de Dios” o la expresión “hemos encontrado a Jesús” dejo que mi corazón vuelva a inflamarse de ese momento único.

4- Contemplación
Recordemos Aquí esta frase que ya hemos escuchado que dice: “Muchos no conocerán más Evangelio que tu vida”. Y hagamos nos las siguientes preguntas.
¿Qué provoca en mí esta frase? ¿Qué responsabilidad está poniendo en mí?

5- Acción
Haciendo una memoria agradecida por todas esas personas que me han presentado al Cordero de Dios me comprometo a dar testimonio para que otros jóvenes puedan buscarlo, encontrarlo y quedarse con Él.

Acerca de HECTOR FABIO RAMIREZ GAVIRIA

Actualmente, presto mi servicio como sacerdote misionero en la Diócesis de Florencia, Caquetá, Colombia.

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