Lectio Divina Diciembre 26. San Esteban

Lectio Divina por P. Alejandro López Cardinale

Diciembre 26

San Esteban

De la ternura del pesebre al testimonio con la vida

LECTIO DIVINA

Contexto litúrgico

La fiesta de hoy se inscribe dentro del marco litúrgico de la Octava de Navidad, que se extiende desde el 25 de diciembre al 01 de enero, entre la Solemnidad del nacimiento de Jesús y la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Estas dos solemnidades señalan y celebran un misterio de fe esencial: la encarnación de Jesús en el género humano, en la historia humana. La encarnación es la opción fundamental que el Dios de Israel ha tomado a favor de toda la humanidad. Celebramos que Dios se ha quedado permanentemente entre nosotros. Esto se dice fácil y es esencial para entender lo que celebramos en este tiempo de Navidad: el Dios que estaba fuera del mundo ha decidido meterse en el mundo y quedarse definitivamente. Es por ello que en la Solemnidad del nacimiento de Jesús, en la misa del día, proclamamos el prólogo de San Juan: “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Estas solemnidades le dan el tono celebrativo a la Octava. Dentro de ella, se destacan tres fiestas: San Esteban, San Juan Evangelista, los Santos Inocentes. La liturgia de la Iglesia quiere brindarnos la posibilidad de ver el misterio de la encarnación desde una perspectiva global y total: no solamente celebramos la ternura de un niño recién nacido. Celebramos también a los miles de millones de personas que durante siglos han dado testimonio de ese recién nacido hasta el punto de dar la vida como mártires (la palabra mártir, que viene del griego, significa: dar testimonio), desde aquellos que mueren jóvenes, mueren niños o mueren incluso ancianos (como San Juan, único apóstol que no muere mártir, pero anciano). Es decir, que ese recién nacido al que celebramos, el que llegará a dar testimonio de su amor hasta morir en la Cruz, nos invita a todos, sin excepción, a dar testimonio que Dios, en su infinita misericordia y amor ha apostado y se ha decidido a favor de toda la humanidad.

Por razones de este contexto y de esta fiesta litúrgica, la Lectio Divina de hoy la haremos de la primera lectura de la liturgia del día, Hechos de los Apóstoles.

Oración inicial

Iniciemos nuestra Lectio Divina de hoy con la oración de la Iglesia para este tiempo de Navidad.

Te diré mi amor, Rey mío.

Te diré mi amor, Rey mío, en la quietud de la tarde,

cuando se cierran los ojos y los corazones se abren.

Te diré mi amor, Rey mío, con una mirada suave,

te lo diré contemplando tu cuerpo que en pajas yace.

Te diré mi amor, Rey mío, adorándote en la carne,

te lo diré con mis besos, quizás con gotas de sangre.

Te diré mi amor, Rey mío, con los hombres y los ángeles,

con el aliento del cielo que espiran los animales.

Te diré mi amor, Rey mío, con el amor de tu Madre,

con los labios de tu Esposa y con la fe de tus mártires.

Te diré mi amor, Rey mío, ¡oh Dios del amor más grande!

¡Bendito en la Trinidad, que has venido a nuestro Valle! Amén.

Texto bíblico

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 6,8-10; 7,54-60

“En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente. Algunos judíos de la sinagoga llamada «de los libertos», procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba. Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».

Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.

Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado». Diciendo esto, se durmió en el Señor.”

¿Qué nos dice el texto? (inspirado en J. Aldazábal. Enséñame tus caminos, 1. Barcelona 1995)

  • Esteban es un diácono que la comunidad ha nombrado, junto con otros seis, para cuidar de los aspectos más organizativos y benéficos de su vida. Es de cultura griega. Habla muy bien, se enfrenta con los judíos y les denuncia por su infidelidad: no han sabido reconocer al Mesías que cumple todas las esperanzas del Antiguo Testamento: Jesús de Nazaret. El suyo es un discurso provocativo, que supone la ruptura entre el Israel que no ha querido aceptar a Jesús y el Israel que sí le reconoce como Mesías e Hijo de Dios. Sobre todo, se escandalizan cuando Esteban afirma que ve a Jesús de pie a la derecha de Dios.
  • Esto es lo que le lleva a la muerte. Era muy incómodo su mensaje para los que acababan de deshacerse de Jesús. Le apedrearon hasta la muerte.
  • El joven Esteban es un buen imitador de Cristo Jesús. Es «diácono», o sea, servidor de la comunidad, como se definía a sí mismo Jesús: he venido a servir y a dar mi vida por todos. Es mártir, o sea, testigo, hasta la muerte: Jesús fue el primero que dio testimonio de la verdad hasta las últimas consecuencias. A Esteban le acusaron, como a Jesús, de blasfemia contra la ley y el Templo. Le ajusticiaron fuera de la ciudad, como a Jesús, y murió perdonando a sus verdugos, como Cristo en la Cruz.
  • Celebramos el martirio de Esteban. Pero para la Iglesia el día de la muerte de un santo es el «dies natalis», el día de su verdadero nacimiento. No andamos lejos de la fiesta de ayer.
  • Ahora se trata del nacimiento de Esteban a su vida gloriosa, ya en comunión perfecta con Cristo Jesús.

Meditación

En esta fiesta, tomando conciencia de nuestra condición “diaconal”, nuestra condición de servidores, que el sacramento del bautismo nos da, nos podríamos hacer una buena pregunta:

  • ¿a qué servicio concreto nos llama el recién nacido Jesús que celebramos en esta Navidad?

 Oración

Te invito a quedarte con una palabra solamente: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».

Luego, escuchemos esta canción-video de Luis Guitarra: https://youtu.be/dPGhz0X5PVc

 Plegaria final

Padre, que en este día tenga la certeza y la alegría de tu compañía y de tu amor. Y que con esa compañía pueda ser testigo de tu misericordia en el mundo. Amén.

Acerca de Alejandro López-Cardinale

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