Antes rapeaba pero con letras «mundanas» llenas de palabras obscenas y frases vulgares. Hoy sigue rapeando, pero su ritmo y su inspiración van al son de su amor por Jesucristo. Álvaro Vega, un seminarista de 32 años, ha causado sensación en YouTube con dos videos al ritmo hip hop, uno en inglés y otro en español, en el que de una manera moderna e inusual se decidió a evangelizar.
En noviembre de 2013 Vega subió a YouTube el video en inglés I believe . Y a principios de marzo de 2014— al inicio de la Cuaresma— subió la versión en español Creo en Dios que hoy ya está llegando a las 900.000 visitas.
«Creo en Dios es para mí una forma de evangelizar. La música es un talento que Dios me dio y que debo usar para proclamar el Evangelio y ayudar a la gente a acercarse a Dios»,dice Vega, quien estudia en el Seminario St. Vincent de Paul, en Boynton Beach, desde 2009.
El seminarista considera Creo en Dios una «producción familiar», que hizo con la ayuda de su madre Gloria María Vega (coro), sus hermanos Carlos (melodía y video) y David (pista) y la de su mejor amigo Christopher Cerros, quienes residen en Weston.
Vega se une así a un relativamente «nuevo» fenómeno en aumento: los miembros de congregaciones religiosas católicas que desean evangelizar a las masas con ritmos de moda.
Entre otros, la muy famosa hermana Glenda, chilena, recorre el mundo guitarra en mano, como lo hace también el obispo franciscano del Bronx, Stan Fortuna, quien tiene ya 18 discos publicados. Y recientemente Sor Cristina Scuccia, una monja de 25 años dejó literalmente con la boca abierta al jurado de la versión italiana del programa La Voz con el tema No One de Alicia Keys. Este video se hizo viral en las redes sociales.
El problema para los católicos, sin embargo, es que no hay mucha música moderna que profese su fe, dice Vega. «Hay música cristiana, pero no mucha católica».
Hizo el video primero en inglés en unas vacaciones en septiembre de 2013. Al regresar al seminario se lo mostró al rector del seminario, el monseñor David Toups, quien con el vice rector el monseñor Remek Blaszkowski, lo animaron a subirlo online.
«Me pareció maravilloso. Creo que Álvaro está llegando a una generación que disfruta un estilo de música específica a la que él está adjuntando el mensaje de Cristo y es justamente de eso lo que se trata la nueva evangelización», dice monseñor Toups. «Me siento muy orgulloso de él por usar su talento para darle gloria a Dios…».
Sacerdote y cantante
Tras ese «encuentro», Vega se dedicó a edificar su vida espiritual: se unió a grupos de oración, en la iglesia San Bonaventure, de Davie y en la St. Katherine Drexel de Weston; rezaba el rosario…
«Tenía hambre y sed de Dios. Sabía que Dios me iba a llamar para el sacerdocio», recuerda.
Y ese llamado llegó tras asistir a un retiro vocacional.
Un llamado que para su madre Gloria María Vega, fue la respuesta de Dios después de tanto rezo. Al igual que Santa Mónica, la madre de San Augustín, su madre rezaba a diario por la conversión de su hijo cuando «vio que sus caminos no iban como Dios quería».
«Yo rezaba por un cambio en su vida y el Señor lo logró. Dios ha sido muy bueno con nosotros», dice la madre.
Hoy, mientras se prepara para la vida sacerdotal, a este músico innato con talento para tocar el piano de oído le fluyen las ideas para un proyecto más cercano a su tan importante sacerdocio.
«Espero sacar un disco antes de convertirme en sacerdote», dice sonriente.
Y ya tiene, dice, material suficiente. «[Entre otros] tengo un rap sobre el hijo pródigo, otro que habla de que en los momentos difíciles, Jesús siempre está a nuestro lado, y otro sobre la esperanza que tenemos en Jesucristo, por eso no hay que deprimirse sino siempre sonreír».