Lectio Divina por Saulo Ruíz
ORACIONÓN AL ESPIRITU SANTO.
Te pedimos, Señor, mande tu santo espíritu y que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Y ser constructores de la Civilización del Amor. Amén
LECTIO
Del Santo Evangelio según San Lucas 11,37-41
Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entró, pues, y se puso a la mesa. El fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! El que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? dad más bien en limosna lo que tenéis y entonces todo será puro para vosotros.
Palabra del Señor…
MEDITACIÓN
Que nos dice la lectura?
Lo invitó a que fuera comer con él
Entró y se puso a la mesa.
El que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior?.
dad más bien en limosna lo que tenéis.
todo será puro para vosotros.
Siempre había algo familiar entre Jesús y los fariseos. Convidado a comer en casa de ellos, Jesús acepta la invitación. Jesús no pierde ante ellos la libertad,
ni cambia su manera de actuar, pues se sienta sin antes lavarse las manos, el fariseo muda de actitud ante Jesús, pues expresa su admiración por el hecho que Jesús no se lava las manos. En aquel tiempo, lavarse las manos antes de las comidas era una obligación religiosa, impuesta a la gente en nombre de la pureza, exigida por la ley de Dios. El fariseo se extrañó viendo que Jesús no observa esta norma religiosa. Y, a pesar de ser totalmente diferentes, el fariseo y Jesús tenían algo en común: la seriedad de vida. La forma de vivir de los fariseos era así: cada día dedicaban ocho horas al estudio y a la meditación de la ley de Dios, otras ochos horas al trabajo para poder dar de comer a la familia, y dedicaban otras ocho horas al descanso. Este testimonio serio de su vida les daba un gran sentido de liderazgo popular. Los dos, Jesús y los fariseos, se entendían y se criticaban mutuamente, sin perder la posibilidad de diálogo.
Los fariseos observaban la ley al pie de la letra. Miraban sólo la letra y, por esto, eran incapaces de percibir el espíritu de la ley, el objetivo que la observancia de la ley quería alcanzar en la vida de las personas.
La ley escrita da muerte, mientras que el Espíritu da vida” (2Cor 3,6). En el Sermón de la Montaña, Jesús crítica a los que observan la letra de la ley, pero que no acata el espíritu de la Ley. Para ser fiel a lo que Dios pide de nosotros no basta observar sólo la letra de la ley. Esto sería lo mismo que limpiar el vaso o el plato por fuera y dejar el interior lleno de suciedad: robo y maldad. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca desde dentro de sí los deseos de “robo y de maldad” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor.
CÓMO NOS INTERPELA SU PALABRA?
• Invito yo a Jesús a entrar a mi casa?
• Se sienta Jesús a mi mesa de vida?
• Ayudamos a los necesitados?
• En mi vida me siento solo limpio por fuera?
• puede facilitar el diálogo tan necesario y tan difícil hoy en día.
• Practico el diálogo en familia, en el trabajo y en la comunidad?
Señor ayúdanos a reconocerte en cada persona necesitada, que podamos reconocer tu presencia para poder invitarte a que nos acompañes en el recorrido de nuestra vida.
ACCIÓN
Practiquemos cada una de estas interrogantes en nuestro alrededor de manera que podamos sentirnos atraídos por esta meditación.
Oración finales
¡Llegue a mí tu amor, Yahvé,
tu salvación, conforme a tu promesa!
Y daré respuesta al que me insulta,
porque confío en tu palabra. (Sal 119,41-42)
Si puedes acompañarlos con un canto mejor aún … bendicones-