LECTIO DIVINA
Viernes 31 de enero 2025
Viernes III Semana Tiempo Ordinario
P. José Manuel de R. Dominicana ✍🏻🇩🇴
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amen…
Lectura del Santo Evangelio según Marcos 4, 26-34
Y decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha».
También decía: «¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra».
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo. Palabra del Señor
Lectura, ¿Qué dice el texto?
Jesús quiere hablar del Reino, que es la realidad divina, y de nuestra relación con Dios. Usa el lenguaje sencillo e inmediato de dos ejemplos «agrícolas»: dos parábolas que, transparentes como un vaso de agua, provocan un examen de conciencia. En su significado profundo, nos invitan a asombrarnos por algo sorprendente: si bien los comienzos y las manifestaciones de la acción de Jesús son, aparentemente, modestos, casi insignificantes, el resultado final será, a buen seguro, excelente. Dios ha puesto en la semilla una fuerza vital. Y el sigue siendo, en último extremo, el verdadero responsable del crecimiento. La semilla que crece y da frutos, a pesar de la inactividad del labrador, la semilla pequeña que se convierte en un árbol lozano, constituye la lección continua que se debe oponer a las inquietas y subjetivas aceleraciones que el hombre quiere imprimir a la historia y al proyecto de Dios. El momento presente debemos considerarlo en función de un futuro que pertenece a Dios: una idea que será recogida en el discurso escatológico.
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Es norma nuestra la programación rápida, el culto a la eficiencia y la intolerancia frente a toda lentitud: se vuelve obligatorio el método fuerte y eficaz, la inmediatez impera en nuestras relaciones y procesos. En nuestra sociedad se combinan los plazos fulminantes a ritmos acuciantes, casi obsesivos. Nos dejamos llevar por el ritmo cotidiano de la vida. No queremos llevar procesos, catequesis express y rápida enfocada más en el resultado que en la vivencia cristina. Frente a esta realidad, el relato de hoy nos muestra a Jesús subrayando tanto la fuerza de la semilla, como la fecundidad que tiene la tierra para esa semilla realice su proceso de germinación y crecimiento. Subraya el protagonismo no del agricultor, sino de la semilla, y en el fondo de Dios.
Las dos parábolas valen asimismo para la historia espiritual de cada persona. El crecimiento de cada uno supone la acción invisible, pero constante, de Dios. Se trata de una obra sobrenatural que no se lleva a cabo con recetas o con programas preestablecidos, que no se realiza con medios aparatosos, en medio del tumulto y la agitación. El saber estar tranquilos, en una aparente inactividad, es, en realidad, lo más importante que podemos hacer, porque expresa nuestra confianza en la intervención de Dios, que es fuerza de amor.
La parábola nos ayuda a entender como Dios conduce nuestra historia. Si olvidamos su protagonismo y la fuerza intrínseca que tiene su Palabra, sus sacramentos y su gracia, nos pueden pasar dos cosas: si nos va todo bien, pensamos que todo depende de nuestros méritos, y si mal, nos hundimos. Estas parábolas nos abren a la confianza y a la esperanza en nuestra labor pastoral, a pesar de los dramas, las injusticias y los sufrimientos que encontramos.
¿Me cuesta confiar en la voluntad de Dios? ¿quiero ver resultados inmediatos en mi oración? ¿me cuesta confiar en la acción silenciosa y progresiva de Dios? ¿Cultivo la humildad en el servicio al Reino de Dios? ¿Se esperar pacientemente, sabiendo que todo depende de Dios y de su gracia? ¿Te sientes frustrado cuando parece que el esfuerzo personal o comunitario ha sido en vano?
Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
Nuestra oración se hace canto. Descansa en Dios de Jésed Ministerio de Música
Descansa en Dios; siente su amor
que todo lo que eres es de El
descansa en Dios hablándole,
alma mía El te transformó.
Descansa en Dios, que El se quedó
en este pequeño y tierno Pan,
descansa en Dios, entra en su Paz,
alma mía El te salvará.
Por eso hoy confiare hasta el final,
porque solo en ti multiplicare
lo que tu hiciste en mi
por eso hoy me alimento de tu pan
porque solo así me convertirás
en un instrumento de paz.
Descansa en Dios, en su bondad
que cuando en ti pensó todo te dio
descansa en Dios nada faltó
alma mía Él te redimió.
Descansa en Dios, come de su Pan,
que El actúe en ti Su Voluntad
descansa en Dios; exáltalo
Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
Jesús les anunciaba el mensaje, acomodándose a su capacidad de entender.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?
Acción, ¿A que me comprometo con Dios?
Dejémonos sorprender y asombrar por cómo Dios conduce nuestra historia. Sé valiente, ten ánimo, confía en el Señor