Lectio Divina
Por Camila Castells de Argentina ✍🏻🇦🇷
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Señor, tu Espíritu
Y todas las cosas serán creadas y se renovará la faz de la tierra.
Amén.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8, 27-33
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy Yo?”
Ellos le respondieron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros. Elías; y otros, alguno de los profetas”.
Entonces Él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?”
Pedro respondió: “Tú eres el Mesías”.
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de Él.
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad.
Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo:
“¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino de los hombres”.
Palabra del Señor.
Reflexión. ¿Qué dice el texto?
Según los evangelistas, la confesión de Simón sucedió en un momento decisivo de la vida de Jesús, cuando después de la predicación en Galilea, se dirige decididamente a Jerusalén para cumplir, con la muerte en la cruz y la resurrección, su misión salvífica.
El Evangelio nos cuenta que los discípulos están en proceso de “llegar a ver”, por eso Jesús pregunta por su identidad, quiere saber hasta dónde son conscientes sus amigos y discípulos de ella. Jesús hace dos preguntas, la primera: “¿quién dice la gente que Yo soy?”, una pregunta fácil de responder, generalizada, pero en la segunda pregunta: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?”, se complica, ya no es algo sencillo de responder, y decir lo que escucharon, se trata de ir a lo profundo del corazón y dar una respuesta sincera. Así, la confesión de Pedro no se hizo esperar: Tú eres el Mesías, aunque aún no veía con claridad, Pedro quiere marcar las pautas, dictar el modo, señalar el camino al Mesías que ha reconocido. Muchas veces nosotros también podemos caer en la actitud de Pedro, podemos hablar de Jesús desde lo que otros dicen, relacionarnos con Él desde la experiencia de otros, pero nada puede reemplazar nuestro encuentro personal con Jesús, debemos ir al fondo de nuestro corazón, y hacer nuestra experiencia.
Meditación
Pidámosle a Jesús un corazón atento para poder reconocer en nuestra vida todo lo que Él hace.
Pidámosle que nos dé un corazón de discípulo para poder contestar con nuestra vida quién es Él para nosotros.
Contemplación
“Tú eres el Mesías”.
Oración
Señor Jesús, tu amor es infinito, muéstrame el camino, solo vos le das sentido a mi vida, vos me invitaste a pensar en la vida de otra manera, vos me regalas tu Espíritu Santo día a día, vos me das fuerzas para luchar, vos me amas a pesar de todo, vos sos mi Mesías y mi Salvador. Gracias Señor, por no abandonarme en la Cruz.
Amén.
Acción
El día de hoy nos preguntemos:
¿Quién es Jesús para mí?, y no respondamos con teorías, sino desde la intimidad de nuestro corazón.