Lectio Divina
Camila Castells de Argentina
Invocación al Espíritu Santo 🕊
Padre, queremos que venga a nosotros tu Reino de Amor. Concédenos tu Espíritu para que definitivamente se haga tu voluntad. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Lectura 📖
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 13,44-46.
El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo: lo descubre un hombre, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todas sus posesiones para comprar aquel campo.
El reino de los cielos se parece a un comerciante de perlas finas: al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra.
Palabra del Señor.
Meditación: ¿Qué me dice el texto?
Hoy leemos y compartimos unas parábolas (la del tesoro escondido y la de la perla preciosa), son muy parecidas y su mensaje de fondo es el mismo. La enseñanza de hoy es en comparación entre el Reino de Dios y el tesoro escondido o la perla preciosa. Una de estas es que el Reino se parece al Tesoro, y luego a un comerciante que busca perlas finas. En el primer caso, el hombre encuentra “por casualidad” el tesoro, en cambio, el otro es un profesional, un experto, que lleva buscando perlas finas; sin embargo, esos detalles en común, dejan en evidencia lo que se repite en ambos: hay que venderlo todo para comprarlo. Vale tanto el Reino de los Cielos, que quien quiera poseerlo, debe entregar todo a cambio. Si pienso conservar mi vieja mentalidad, o las mismas actitudes, si no quiero abandonar algún apego, si me aferro de algo o de alguien, sino doy todo, me guardo algo… me iré triste, como el joven rico que estaba esclavo de sus riquezas. Cuando rezamos el Padre Nuestro pedimos “Venga a nosotros tu Reino”, sólo que, muchas veces lo expresamos de la boca para afuera como si fuera algo que Dios tiene que hacer , y en realidad es nuestra tarea, en cada gesto, palabra, actitud, si ponemos en práctica las enseñanzas de Jesús estaremos haciendo presente el Reino de los Cielos. Él no tiene apuros, es paciente y nos enseña a esperar, pero mejor es “comenzar ya”, hoy, aquí y ahora, a trabajar por el Reino, para que cuando el Señor disponga a llamarnos a su presencia, lo podamos merecer.
Oración: ¿Qué le respondemos al Señor?
Señor, que encontremos en ti ese tesoro del que nos hablas.
Señor, que en todos los momentos, buenos y difíciles, sepamos buscar la fuerza en la Eucaristía.
Señor, que en estos encuentros de Cristonautas, descubramos que compartir la Palabra, nos alimenta y muestra el camino al Reino.
¡Te lo pedimos Señor!
Contemplación:
“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo”.
Acción:
El Sí de María nos abrió la puerta del Reino.
Reflexionemos: ¿soy capaz de hacer a un lado lo que me aleja del Reino de Dios?, ¿Cuáles son los obstáculos que me impiden hacer su voluntad?