Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 12, 46-50

Lectio Divina
Por Rosanie García, Venezolana en Santiago de Chile ✍🏻🇻🇪

Invocación al Espíritu Santo 🕊

Espíritu Santo, ilumina nuestra mente y abre nuestro corazón y oídos para que podamos escuchar, comprender y vivir tu Palabra. Espíritu Santo, multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveremos en el cumplimiento de tu Palabra.
Amén.🙏🏻

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 12, 46—50 📖
Todavía Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: « ¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.» Pero él respondió al que se lo decía: « ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
Palabra del Señor. 🔥

Lectura, ¿Qué dice el texto? 🤔

A primera vista, nos parece que Jesús no tiene un comportamiento correcto con su madre. Todos hubieran deseado que, ante el anuncio de que su madre estaba ahí, hubiera cortado el discurso para saludar y dar un abrazo a su madre. Pero Jesús, con este comportamiento, nos está diciendo que a su madre no la podemos encasillar en un esquema meramente “biológico”. Por eso tampoco acepta ese piropo tan natural de una mujer de pueblo: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te dieron de mamar”. Jesús no puede reducir a su madre a la categoría biológica de “pechos y vientre”. Ella es grande porque siempre ha sido “la oyente de la Palabra de Dios”, la que siempre ha cumplido la voluntad del Padre. María va a ser una persona muy especial, un miembro cualificado, en la gran familia de los seguidores de Jesús. Y es que Jesús nunca ha querido separar a su madre, del Pueblo de Dios. En esta maravillosa “caravana de la fe” Ella es la primera. “Dichosa tú, la creyente” le dijo su prima Isabel. Y dichosos de nosotros que nos podemos aprovechar de la Palabra del Señor, vivida, rumiada, asimilada, por María en lo más hondo de su corazón.

Es oportuno hablar también del tema: “Los hermanos de Jesús”. La Iglesia nunca dudó de que María hubiera sido siempre Virgen y que Jesús fuera su único Hijo, como es el hijo Único del Padre. ¿Por qué, entonces, se habla aquí de sus hermanos y hermanas?
Ante todo digamos que en hebreo se llama hermano a cualquier pariente, y es preciso notar que la Biblia griega, cuyo vocabulario adoptaron los evangelios, nunca reemplazó la palabra hermano cuando se trataba de un primo, un pariente o alguno del mismo clan.
Cuando quiere precisar que alguien es un hermano carnal, usa la expresión hijo de su madre o, si se trata de un medio hermano, hijo de su padre (Dt 13, 7; 27, 22…). En el caso presente, si estos “hermanos” fueran hijos de María, al nombrarlos junto con su madre, la única manera de expresarse habría sido: “llegaron su madre y los hijos de su madre”.

Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto? 💭
En el antiguo Israel, el clan, es decir, la gran familia (la comunidad) era la base de la convivencia social. Era la protección de las familias y de las personas, la garantía de la posesión de la tierra, el cauce principal de la tradición, la defensa de la identidad. Era la manera concreta que la gente de la época tenía de encarnar el amor de Dios en el amor al prójimo. Defender el clan era lo mismo que defender la Alianza.
Hoy, y siempre la Iglesia Católica es ese clan, esa familia para testimoniar el amor de Dios.

Reflexión personal:

▪︎ Vivir la fe en comunidad. ¿Cuál es el lugar y la influencia de las comunidades en mi manera de vivir la fe?
▪︎ Hoy, en grandes ciudades, la masificación promueve el individualismo que es lo contrario de la vida en comunidad. ¿Qué estoy haciendo para combatir este mal?
▪︎ Dentro de la Iglesia, ¿creo que por ser catequista, consagrado, llevar una Pastoral…soy hermano/a de Cristo, en ello vivo en la voluntad del Señor?

Oración, ¿Qué le decimos a Dios? ✝️🛐

Señor, en estos momentos, vengo a pedirte que ensanches mi mente y, sobre todo mi corazón, para descubrir mi verdadera familia, mi familia en el espíritu, mi familia en la fe. Está por encima de los lazos de la carne y de la sangre. En esta familia yo descubro a Dios como Padre y a los demás como hermanos y hermanas. A esta gran familia pertenece especialmente María, la madre de Jesús, pero también nuestras propias madres.
Señor, te agradezco tus enseñanzas en este rato de oración. Me has abierto mis ojos para descubrir el “misterio de María”. Ella nos ha concebido en la fe. Ella nos hace crecer y madurar en esa misma fe. No es Maestra de lecciones teóricas, de clases de teología, de cursillos de ascética. Pero sí nos da clases excelentes de fe auténtica, de fe probada, de fe hecha vivencia y experiencia.
Amén.

María – Los Ascoy (Lyric) https://youtu.be/fHsCjPNt_0I

Contemplación: ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios? 💭

«Quien acoge a Cristo en la intimidad de su casa se sacia con las alegrías más grandes». El Señor Jesús fue su gran atractivo, el tema principal de su reflexión y de su predicación, y sobre todo el término de un amor vivo e íntimo. Sin duda, el amor a Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere un significado singular para el sacerdote célibe y para quien ha respondido a la vocación a la vida consagrada: sólo y siempre en Cristo se encuentra la fuente y el modelo para repetir a diario el «sí» a la voluntad de Dios. « ¿Qué lazos tenía Cristo?» Eso se preguntaba san Ambrosio, que con intensidad sorprendente predicó y cultivó la virginidad en la Iglesia, promoviendo también la dignidad de la mujer. A esa pregunta respondía: «No tiene lazos de cuerda, sino vínculos de amor y afecto del alma». Y, precisamente en un célebre sermón a las vírgenes, dijo: «Cristo es todo para nosotros. Si tú quieres curar tus heridas, él es médico; si estás ardiendo de fiebre, él es fuente refrescante; si estás oprimido por la iniquidad, él es justicia; si tienes necesidad de ayuda, él es vigor; si temes la muerte, él es la vida; si deseas el cielo, él es el camino; si huyes de las tinieblas, él es la luz; si buscas comida, él es alimento». (Benedicto XVI, 2 de junio de 2012).
Papa Francisco ✍🏻

Acción. ¿A qué me comprometo con Dios?

▪︎ Hoy acudo a María para que me dé esa palabra de Dios que brota del silencio de su corazón. Está hecha, pensada y medida para mí.
▪︎ Enseñaré a otros las enseñanzas del Evangelio de hoy.

¡Dios les bendiga!

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