LECTIO DIVINA
FRAY RICHARD GODOY VACA DE VENEZUELA
INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO:
“Ven, Espíritu Santo, a mi corazón.
Mira que yo también soy también esa mies
que le hace falta esa alegría de ese mensaje del evangelio de Jesús, siembra en mi tus siete sagrados dones,
envíame tu aliento de vida, sopla, riega, fecunda mi alma
que esta vacia si tu no la habitas..vacía sin ti.
Ven a habitar en mi corazón poseyéndolo hasta hacerlo todo tuyo. Ven, Espíritu, a santificar.
Llena de luz todo lo que esta en la oscuridad.
Llena de paz todo lo que esta inquieto.
Llena de consuelo toda herida.
Lléname de ti que eres el mayor don. Amén”
LECTURA
Mateo 9:35-10:1, 6-8
Jesús recorría todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y sanando toda clase de enfermedades y dolencias. Viendo a la multitud, se conmovió por ellos, porque andaban maltrechos y postrados, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a los discípulos: «La mies es abundante, pero los braceros son pocos. Rogad al amo de la mies que envíe braceros a su mies».
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos, para expulsarlos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias. A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: «No os dirijáis a países de paganos, no entréis en ciudades de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas descarriadas de la Casa de Israel. Y de camino proclamad que el reinado de Dios está cerca. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De balde lo recibisteis, dadlo de balde».
CONTEXTO (San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 32,2-4)
9, 35-38. El Señor quiso refutar con sus acciones la acusación de los fariseos cuando decían: «En nombre del príncipe de los demonios, arroja a los demonios», pues el demonio no se venga haciendo bien a los que le ultrajan, sino haciéndoles daño. Y el Señor hace lo contrario; puesto que no castiga, ni aun increpa a los que le afrentan y ultrajan, sino que los colma de beneficios, por eso se dice: «Y recorría Jesús todas las ciudades y castillos»: en cuyo proceder nos enseña, no a devolver a una acusación otra acusación, sino a responder con beneficios. Aquel que después de ser acusado, deja de hacer el bien, da a entender que hace el bien por el aplauso de los hombres, pero si hiciéremos constantemente el bien a nuestros semejantes, sean quienes quieran, tendremos una grandísima recompensa.
No consiste en esto solamente la bondad de Cristo, sino que abriendo las entrañas de su misericordia para con aquel pueblo, les manifiesta la solicitud que tiene para con ellos, según aquellas palabras: «Y al ver las turbas se compadeció de ellas».
Esta es la condenación de los príncipes de los judíos, pues siendo ellos pastores se portaban como lobos, porque no sólo no corregían al pueblo, sino además le perjudicaban cuanto podían para utilidad propia, por eso el pueblo decía con admiración: «Jamás ha sucedido en Israel una cosa parecida» y los fariseos, por el contrario: «arroja al demonio en nombre del príncipe de los demonios».
Jesús se declara abiertamente Señor de la mies. Si bien es cierto que manda a los Apóstoles a segar la mies que ellos no sembraron, no los manda, sin embargo, a segar mieses ajenas, sino a aquellas cuyas semillas sembró El mismo por medio de los profetas. Pero no siendo más que doce los Apóstoles, exclamó: «Rogad al Señor de la mies, que mande operarios a su mies». Y aun cuando El no aumentó el personal, lo multiplicó, sin embargo, no en cuanto al número, sino en cuanto al poder que les dio.
El nos manifiesta cuán grande es la gracia, esto es, la de ser llamado a predicar convenientemente la palabra de Dios, diciéndonos que a este fin debemos dirigir nuestras súplicas. Nos hace mención en este pasaje de las palabras de Juan sobre el arca, el bieldo, la paja y el grano.
10, 1. No sólo les inspira confianza llamando a su ministerio misión para la mies, sino también dándoles poder para el desempeño de este ministerio, según aquellas palabras: «Les dio potestad sobre los espíritus inmundos para que los arrojaran y para que curasen todo decaimiento y toda enfermedad».
10, 6-8. Mirad la oportunidad de la misión: los envía precisamente después que vieron resucitar a un muerto, increpar al mar y otras obras parecidas y después que recibieron de palabra y de obra una demostración suficiente de la divinidad de Jesús.
Los envía el Señor primeramente a la Judea, como a una escuela, para que, ejercitados en ella, aprendieran a luchar contra todas las naciones y por eso los trata como a débiles pajarillos a quienes excita la madre al vuelo.
Para que no creyeran los judíos que Jesús les tenía odio por haberle ellos ultrajado y haberle llamado poseído del demonio, tuvo El particular empeño en corregirles, prohibiendo a sus discípulos cualquier otro ministerio y enviándoles médicos y doctores. No sólo prohibió a sus discípulos el que anunciaran el Evangelio a otros antes que a los judíos, sino que ni les permitió el que viajaran por los caminos que van a donde estaban los gentiles, por las palabras: «No vayáis por los caminos de los gentiles». Y aunque los samaritanos eran más fáciles de convertir al Evangelio, sin embargo, porque eran enemigos de los judíos no quiso que se predicase el Evangelio a los samaritanos antes que a los judíos. «Y no entraréis, dice, en las ciudades de los samaritanos»
Separando él sus discípulos de los samaritanos y mandándoles a los hijos de Israel, a quienes llama ovejas que perecen y no ovejas que se separan, nos significa el Señor cómo El puso en juego todos los medios para perdonarles y atraerlos.
Vosotros veis la grandeza del ministerio; veis la dignidad de los apóstoles; no les manda, como a Moisés y a los profetas que nos anuncien cosas sensibles, sino cosas nuevas y fuera de la opinión de los hombres. Porque aquellos anunciaron los bienes de la tierra y éstos el reino del cielo y cuantos bienes se encierran en él.
Pero después que el respeto a la fe se extendió por todas partes, fueron, si efectivamente los hubo también después, menos y más raros. Dios suele hacer esos prodigios cuando los males han adquirido toda su manifestación, porque entonces es cuando hace ver su poder (homiliae in Matthaeum, hom. 32,7).
Ved aquí, cómo el Señor atiende a las costumbres no menos que a los milagros, para darnos a entender que sin las costumbres, de nada valen los milagros y cómo abate el orgullo de sus discípulos con las palabras: «Recibisteis gratuitamente y os mando que estéis limpios de toda afición al dinero». O también para demostrarles que ellos nada dan de sí mismos, les dice: «Recibisteis gratuitamente», que es como si dijera: «Nada dais vosotros de lo vuestro en aquello que distribuís, porque no lo habéis recibido ni por vuestro trabajo, ni como por salario vuestro y puesto que es una gracia mía, dadla como tal a los otros, porque no es justo recibáis por ella precio alguno».
MEDITACIÓN
o Jesús vino a con una misión muy especifica: ensenar, sanar y y dejar establecido ese programa para sus discípulos para su iglesia que es en esencia misionera: portadora de las Buenas Nuevas de Salvacion, me siento, elegido, llamado, consagrado y enviado a ser parte de ese regalo de dios que tanto necesitan los hombres y mujeres de hoy?
o Yo soy parte de un mundo roto, enfermo, poseído por las tinieblas y el mal social que niega y expulsa a Dios de la sociedad y por otra parte, que necesita compasión. Jesús fue a todos los pueblos y ciudades buscando a aquellos que estaban necesitados. ¿De qué manera soy consciente de ese poder otorgado a la iglesia y a nosotros para poder vencer el mal a fuerza de bien? ¿Cómo hago presente el Reino de Dios, su verdad, su justicia, su amor? En mi oración le pido al Señor que me ayude a tener la fortaleza del testimonio y de la fe que debe alumbrar sobre las tinieblas y el error, reconocer y sanar a las ovejas perdidas de este tiempo.
ORACIÓN:
Padre bueno, Jesús nos dijo:
“La mies es mucha y los obreros pocos, rogad al Dueño de la mies
para que envíe obreros a sus campos”.
Y además afirmó: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá”.
Confiadas en esta palabra de Jesús y en tu bondad,
te pedimos vocaciones para la Iglesia
y para la Familia “Amor de Dios”, que se entreguen a la construcción del Reino desde la civilización del amor.
Santa María, Virgen Inmaculada, protege con tu maternal intercesión a las familias y a las comunidades cristianas para que animen la vida de los niños y ayuden a los jóvenes
a responder con generosidad a la llamada de Jesús,
para manifestar el Amor gratuito de Dios a los hombres. Amén.
CONTEMPLACIÓN:
“¡Rogad, pues, al Dueño de la mies que mande obreros!”. Eso significa: la mies existe, pero Dios quiere servirse de los hombres, para que la lleven a los graneros. Dios necesita hombres. Necesita personas que digan: “Sí, estoy dispuesto a ser tu obrero en esta mies, estoy dispuesto a ayudar para que esta mies que está madurando en el corazón de los hombres pueda entrar realmente en los graneros de la eternidad y transformarse en perenne comunión divina de alegría y de amor.
“¡Rogad, pues, al Dueño de la mies!” quiere decir también: no podemos ‘producir’ vocaciones; deben venir de Dios. No podemos reclutar personas, como sucede tal vez en otras profesiones, por medio de una propaganda bien pensada, por decirlo así, mediante estrategias adecuadas. La llamada, que parte del corazón de Dios, siempre debe encontrar la senda que lleva al corazón del hombre. Con todo, precisamente para que llegue al corazón de los hombres, también hace falta nuestra colaboración. Ciertamente, pedir eso al Dueño de la mies significa ante todo orar por ello, sacudir su corazón, diciéndole: “Hazlo, por favor. Despierta a los hombres. Enciende en ellos el entusiasmo y la alegría por el Evangelio. Haz que comprendan que este es el tesoro más valioso que que cualquier otro, y que quien lo descubre debe transmitirlo!”. nosotros sacudimos el corazón de Dios. Pero no sólo se ora a Dios mediante las palabras de la oración; también es preciso que las palabras se transformen en acción, a fin de que de nuestro corazón orante brote luego la chispa de la alegría en Dios, de la alegría por el Evangelio, y suscite en otros corazones la disponibilidad a dar su “sí”. Como personas de oración, llenas de su luz, llegamos a los demás e, implicándolos en nuestra oración, los hacemos entrar en el radio de la presencia de Dios, el cual hará después su parte. En este sentido queremos seguir orando siempre al Dueño de la mies, sacudir su corazón y, con Dios, tocar mediante nuestra oración también el corazón de los hombres, para que Él, según su voluntad, suscite en ellos el “sí”, la disponibilidad; la constancia, a través de todas las confusiones del tiempo, a través del calor de la jornada y también a través de la oscuridad de la noche, de perseverar fielmente en el servicio, precisamente sacando sin cesar de este la conciencia de que este esfuerzo, aunque sea costoso, es hermoso, es útil, porque lleva a lo esencial, es decir, a lograr que los hombres reciban lo que esperan: la luz de Dios y el amor de Dios.
BENEDICTO XVI
ACCION: PERSONAL:
Jesús nos pide que oremos para que mande trabajadores a la cosecha. Me comprometo a rezar todos los días por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, a la vida familiar y vida misionera y a promover un voluntariado de apoyo a las Jornadas de reflexión vocacional que haya en mi Parroquia y Diocesis. Recordando que no son sólo los profesionales religiosos, sacerdotes y religiosos/as los que Él enviará. Necesitamos abrirnos para ser enviados/as como “discípulos misioneros”, como dice el Papa Francisco.
ACCION COMUNITARIA:
Me comprometo a crear un grupo on line (whatsapp facebook o instagram, etc redes sociales) donde nos comprometamos a reflexionar, motivar y a apoyar la Pastoral Familiar y vocacional en mi Parroquia. Basados en Mateo 9,38: GRUPO DE ORACION POR LOS OBREROS DE LA MIES.
FRAY RICHARD. MERCEDARIO.