Lectio Divina por José Eduardo Ramírez de Guatemala
Feria Privilegiada de Navidad
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos; por tu bondad y gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén.
1. Lectura ¿Qué dice el texto?
Evangelio según Mateo 1,1-17
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.
1.1 Releamos el texto:
Al leer el texto del Evangelio, somos remitidos a los orígenes de Jesús, ¿por qué una genealogía? Porque para el pueblo de Israel, así como para muchas otras culturas, una persona sin historia, es una persona sin identidad. Pero lo novedoso en la historia de Jesús es la diversidad de acontecimientos expuestos en ella, también llama la a atención el nombramiento de mujeres (algo inédito), sin embargo, el evangelista lo hace para dejarnos claro que Jesús, el Ungido de Dios, sana la historia de su pueblo. Mateo añade a la genealogía unos cálculos numéricos, 14 y 3 (14 es 7 + 7 = la plenitud x 3 = la perfección de Dios), en otras palabras Jesús es el culmen de la promesa de Dios a Abraham, también es el cumplimiento de la promesa del reinado perpetuo hecha a David y es el liberador del Pueblo, que lo sacó de Egipto, de Babilonia y ahora lo saca de la esclavitud del pecado y la muerte.
2. Meditación ¿Qué nos dice el texto?
Nuestra identidad de hijos de Dios, se ve reflejada en este texto del Evangelio. Por el bautismo, nosotros nos unimos a la historia de Jesús y nos hace partícipes de ella, involucrándonos en su obra redentora, por medio de la misión. Este tiempo de Adviento, es un tiempo de reflexión que nos invita a hacer una revisión de nuestra propia historia, ver los acontecimientos que nos han causado dolor, resentimientos, estigmas y llevarlos al pesebre y en Jesucristo nuestro Señor, purificarlos y escribir una nueva historia en Jesucristo. Por ello preguntémonos:
¿Cómo ha sido mi historia familiar?
¿Qué acontecimientos de mi vida necesitan ser sanados por Cristo?
Mi familia ¿Qué parte de esa historia, aparentemente dura, ha sido utilizada por Dios para crecer más en su amor?
3. Oración ¿Qué me inspira a decirle al Señor el texto?
“Jesús, que vives en María, ven a vivir en tus siervos, con el espíritu de santidad, con la plenitud de tu poder,
con la perfección de tus caminos, con la realidad de tus virtudes, con la participación de tu Misterio.
Triunfa de todo poder adverso, por la fuerza de tu Espíritu, para gloria del Padre.”
Amén
¿Qué más le digo al Señor?
4. Contemplación ¿Qué transformación hace este texto en mi vida?
Los invito a que nos repitamos:
“Nace Señor en mi corazón y transforma mi historia en Ti”.
¿Qué otra frase nos inspira a transformar nuestra historia en Cristo Jesús?
5. Acción ¿Qué me invita a hacer el Señor a través de este texto?
El Señor ha prometido que el Reino de Dios ya está cerca, pero este Reino sólo se va hacer realidad en este mundo en cuento nos comprometamos nosotros a transformar la historia, empezando por nuestra historia. Cada año el Señor a través de la Liturgia nos invita a hacer un inventario de nuestra historia para que en Cristo la llevemos a la plenitud.
1. Invitemos a los miembros de nuestra familia para que hagamos un recorrido de este año, y evaluemos qué es necesario poner en el pesebre para que el Señor nos ayude a transformar nuestra historia.
2. Seamos agentes de cambio, muchas personas tienen muchas necesidades, especialmente ahora en este tiempo en que nos han transformado en personas temerosas, necesitan de mis buenos días, de mi tiempo de escucha, necesitan de mí. Quitémonos la mascarilla que ya no sólo la tenemos en la boca, sino que muchas veces la tenemos en los ojos y veamos a nuestros hermanos con los ojos del Señor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.