Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 12, 49-53

Lectio Divina por Marlon Vaca de Ecuador

0 – Invocación

Precioso Espíritu Santo, hoy te necesito, hoy deseo con mi corazón ferviente que vengas, topes mis oídos y los abras que hoy deseo escuchar tu voz. Topa mi mente que hoy quiero aprender de ti. Topa mi corazón que hoy quiero hacer viva tu palabra en mi vida. Solo contigo este momento es especial, por ello te lo ruego, hoy te necesito. Ven precioso, ven. Amen

1 – Lectura
Evangelio según san Lucas (12,49-53):

Jesús, causa de división
Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba, y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo! ¿Creen ustedes que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, sino división. Porque de hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.
¿Qué dice el texto?
Este pasaje es uno de los más dramáticos que podemos escuchas de nuestro Señor Jesucristo, se desarrolla en el último viaje de Galilea a Jerusalén. Y en este texto, Jesús habla de tres puntos fundamentales, fuego, bautismo y división.
Primero habla de fuego, hablando de que su venida significa encender fuego en la Tierra, y su angustia de que ya esté en llamas; es impresionante la pasión y energía con la que habla, lo dice con tanta autoridad como si pudiera materializarlo literalmente sin mayor esfuerzo, aunque es obvio que no es literal lo que decía; pero su pasión y energía si era real, y es lo que se puede tomar énfasis. Quien en ese momento escuchaba a Jesús y era alguien que ya lo conocía, debió sentir incluso el fuego en sus palabras.
Segundo, habla de bautismo y haciendo mención a la dura prueba que llegaría cuando este viaje termine. Bien decía Juan el bautista que “él bautizaba con agua, pero que vendría alguien que bautizaría con el Espíritu Santo y con fuego”, este bautizo de Jesús, era su manera de comunicar su muerte y resurrección, su trago amargo del cual tendría que beber para traer la salvación al mundo. Por ello su angustia y sufrimiento por lo que sabía que iba a suceder.
Tercero, habla de división. En aquel tiempo y desde la llegada de Jesús en adelante vendría una completa revolución. Tomemos el contexto que la palabra de Jesús era nueva, y no solo dentro de la iglesia judía, sino que es algo nuevo en todo el mundo. Jesús y quien aceptaba su palabra era perseguido dentro y fuera de Israel, y dividía al mundo de cristianos y no cristianos. Esta división se vería desde los núcleos familiares hasta las grandes ciudades.

2 – Meditación. ¿Qué me dice a mí el texto?

Para meditar este texto, podemos irnos formulando varias preguntas conforme analizamos la palabra.
En este mundo acelerado, se estigmatiza al cristiano como una persona muy pasiva, muy tranquila, incluso se puede decir que muy lenta, cuando alguien que vive en el mundo escucha hablar de un cristiano, lo que viene a su mente es “quietud, silencio, tranquilidad, pasividad y frio”; pero en esta palabra podemos ver resumida la misión de Jesús, y cuando él habla de su misión, no lo hizo con voz baja, no lo hizo con pasividad, sus palabras eran fuego vivo, su pasión al hablar y al mostrar que su palabra era fuego, lo hacía con fuego. ¿Cuántas veces no hemos sentido ese calor y pasión cuando escuchamos su palabra? Y ¿cuánto de ese calor y de ese fuego que su palabra nos enciende lo vivimos? ¿somos acaso el cristiano quieto, callado y tranquilo o vivimos cada minuto de nuestra vida con la pasión que Jesús enciende en nuestro corazón?
Jesús habla de un bautismo, por el cuál sufre esperando su momento, este bautismo, el cual significaría su muerte y resurrección, es como en nuestra vida el momento que elegimos seguirlo, es verdad que seguirlo y morir a nuestra vida de mundo para renacer en la vida que él nos ha preparado, es un proceso duro, extenuante pero que lleva una recompensa enorme. Pero es algo que a veces nos olvidamos o no queremos hacerlo, revisando mi vida ¿he decidido vivir este bautismo, muriendo al mundo y renaciendo en Jesús? ¡a que aspectos de mi vida me he negado aún en renunciar?
Si bien es cierto, en aquel tiempo, el seguir a Jesús era muy castigado en muchos lugares y creaba mucha controversia en muchos hogares causando división, pero era necesario pues si nos ponemos a pensar, cuando se purifican los metales, estos se hacen arder, y solo de esta manera la escoria aparece y puede ser eliminada. Jesús no se refería a que busquemos problemas en nuestras familias, al contrario, muchas veces confundimos nuestras zonas de confort con falsa paz y tranquilidad. La idea principal no es generar conflicto, la idea es dejar que ese fuego inunde nuestras vidas, para de esa manera sacar esas pequeñas escorias que a veces tenemos y no lo vemos. La división es el proceso y el resultado es la bendición, sin purificación no hay metal precioso y así mismo con el bautismo de Jesús, es un proceso duro, pero gratificante por ello te invito a preguntarte, ¿y si dejo que su palabra entre en mi familia y toque los puntos delicados de ella, los cuales, que por preferir una falsa paz hemos omitido? ¿dejo entonces que su palabra extraiga los problemas y escorias de mi vida, entro con pasión en su proceso y acepto su voluntad? ¿prefiero una falsa paz y tranquilidad en una zona de confort o dejo que el fuego de Dios actúe en mi vida a pesar de que pueda ser duro pero en busca de la bendición?

3 – Oración ¿Qué le respondo yo a Dios?

Señor, hoy te pido por favor, enciende este corazón, enciéndelo con tu fuego, con el fuego de tu palabra. Quiero ser un cristiano apasionado, quiero estar completamente decidido y entregarme a ti sin dudar. Quiero ser formado por tu palabra, y quiero tener el valor para luchar por las bendiciones, para no conformarme y para buscar más de ti. Por favor mi Jesús, no permitas que viva en la melancolía de lo que alguna vez sentí, sino hazme un buscador de unción y anhelar todos los días sentirte más y más. Te necesito, solo puedo hacerlo si tú tomas mi mano. Por favor mi Jesús, quiero más y más de ti. Amén

4 – Contemplación

Contemplemos en intimidad de nuestro ser, en nuestro lugar secreto donde solo Dios nos conoce.
“He venido a prender fuego en el mundo”

5 – Acción

Muchas veces no nos damos cuenta que la pasión se ha ido, por ello te invito a dar un paso más para volver a encenderla. No dejemos que la pasión de nuestra relación con Dios se apague, hagamos algo nuevo en nuestro momento de oración, algo que nos permita recordar y avivar ese fuego que Dios ya encendió.

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