Lectio Divina por Saulo Ruíz de El Salvador
Sábado XVI Semana Tiempo Ordinario Ciclo B
0. Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, abre los corazones de cada uno de nosotros para que sean campos de tierra fértil dispuestos a recibir tu semilla de fe, que tu Palabra sea la semilla de liberación del pecado y que podamos dar frutos buenos hacia los demás.
Amén.
1. Lectura. Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30.
En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: «Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» Él les contestó: «Algún enemigo ha hecho esto.» Le dijeron los siervos: «¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?» Jesús le dijo: «No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.
Palabra del Señor.
2. Meditación. ¿Qué me dice el texto bíblico?
Este pasaje bíblico nos deja ver tres aspectos a meditar:
– El primero, “sembró buena semilla en su campo”, ya desde muy pequeños nuestros padres y muchas personas nos han enseñado cosas buenas, depositando en nuestro corazón esa semilla para que seamos personas que debamos dar buenos frutos en la familia, en la Iglesia, y en nuestra sociedad.
– Segundo: “vino su enemigo, sembró encima cizaña” durante el recorrido de nuestra vida, vamos conociendo a seres que tratan de sacarnos del camino correcto, sembrando en nosotros esa cizaña que debilita nuestro ser, nuestro espíritu, y no deja que nuestra fe eche raíces, nos vuelve ciegos a nuestros comportamientos y actitudes. Creyendo así que no tenemos cizaña dentro de nosotros y eso vuelve nuestra personalidad arrogante.
– Tercero: “Le dijeron los siervos: “¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?” Existen aquellos que no tienen paciencia, como en la parábola los siervos quieren arrancar de raíz la cizaña, y no piensan que todos tenemos otra oportunidad para cambiar, la respuesta de Jesús es rotunda y contundente “NO”, porque así hemos vivido los tiempos, caminado al lado del mal, los buenos y malos, lo justo y lo injusto, el culpable y el inocente.
Para corregir a los demás debemos hacerlo con amor cristiano, y con bondad fraterna, ya que Jesús permite, que también podamos conocer el mal, así poder poner de manifiesto la cantidad de semilla buena y la cantidad de frutos buenos que hay en nosotros. Jesús con esta parábola nos remarca que jamás debemos dejar que el mal eche raíces en nuestro corazón, sacar esos rencores, envidias, falacias, de nosotros es una lucha constante, “Vencer el mal, con el bien”.
¿Qué me dice hoy a mí esta Palabra?
– Abrir el corazón y dejarnos que sea Jesús quien siembre en nosotros.
– No permitamos que la cizaña y los signos de maldad y de muerte llenen nuestra vida.
– Para corregir debemos primero corregirnos nosotros mismos.
3. Oración
Señor permite que pueda reconocer la cizaña que hay dentro de mi y pueda cortarla de raíz, solo tu que conoces mi corazón, permite ampliar mi campo de fe, honestidad, fraternidad, y buenas acciones, para que cada día hallan buenos frutos que dar a los demás.
4. Contemplación. ¿Cómo interiorizo el texto?
Interioricemos nuestras acciones.
– ¿Qué tipo de suelo es mi corazón?
– ¿Qué hago para evitar que crezca la cizaña dentro de mi?
– ¿Critico, juzgo o ayudo a los demás para alejarse del mal?
– ¿Corrijo a los demás con amor o hipocresía?
5. Acción. ¿Cómo me comprometo con Dios?
Antes de tratar de señalar o corregir a los demás, corrijámonos nosotros mismos y dejémonos corregir con fraternidad.
Reconozcamos los signos de maldad y muerte que hay alrededor de nuestros grupos y comunidades y orientemos acciones que disminuyan el crecimiento de la cizaña.
Un saludo desde El Salvador, su hermano en Cristo.
Saulo Ruiz.