Lectio Divina por Sandy Antonio Gutiérrez de República Dominicana
Viernes XVI Semana Tiempo Ordinario Ciclo B
0- Invocación al Espíritu Santo:
¡Ven Espíritu Divino! Ilumina mi mente para entender lo que voy a leer, enciende el fuego del amor para que la semilla de la Palabra fructifique en mí y dé frutos abundantes. ¡Amén!
1-LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO: San Mateo 13, 18-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta’’.
Palabra del Señor.
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Jesús explica la parábola del sembrador para a sus discípulos para que entiendan qué significa cada parte: la semilla caída en terreno pedregoso simboliza la escucha con alegría, pero la inconstancia la ahoga; la semilla que ha caído entre los espinos es aceptada pero no puede crecer porque las preocupaciones cotidianas no lo permiten; en cambio la semilla que se siembra en tierra buena es escuchada y entendida y por eso que da frutos en el ciento por uno, el sesenta y el treinta.
Preguntas para recordar el texto bíblico:
¿Cuál es la diferencia entre estos tres tipos terrenos?
¿Por qué Jesús quiso explicar a sus discípulos esta parábola y no a todo el que le escuchaba?
2.- MEDITACIÓN. ¿Qué me dice el texto?
Reconozco, Jesús, que yo no siempre escucho, entiendo y acepto tu Palabra para que fructifique en grandes cantidades. Aunque ella es eficaz y puede penetrar lo más íntimo de mi ser, la dejo ahogar por las preocupaciones y mi inconsistencia.
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
¿Qué espera Jesús de mí al escuchar su Palabra?
¿Cuáles son los frutos que produzco a partir de la escucha atenta de la Palabra de Dios?
¿Qué hago cuando veo que los espinos y el terreno pedregoso me desaniman?
3.- ORACIÓN. ¿Qué le respondo a Dios?
Gracias Jesús, por tomar tiempo para ayudarme a entenderte. Sé que por las preocupaciones y mi inconsistencia no rindo los frutos que puedo llegar a producir. Te pido ayuda para seguir creciendo y que el testimonio que esperas que dé, producido por tu Palabra, sea el amor.
Dile a Jesús lo que sale de tu corazón. Él te escucha y te ayuda.
4.- CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo interiorizo tu mensaje, Señor?
Interiorizo las siguientes y frases:
Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. «A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón.
Lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta».
5.- ACCIÓN. ¿Cómo llevo esta Palabra a mi vida? ¿A qué me comprometo?
Hoy, asumo el compromiso de escuchar atentamente a Jesús, que cada día me habla a través de su Palabra. No voy a desanimarme por los vaivenes de la vida.
¿A qué te comprometes?