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Lectio Divina por Emerson Santos de El Salvador
Miércoles V Semana de Pascua Ciclo B
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo ilumina mi corazón, ven Espíritu Santo a iluminar mi pensamiento, en estos momentos que voy a meditar tu Santa Palabra, toca mi corazón.
Amén.
Lectura del santo Evangelio según san Juan (15, 1-8 )
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.
Meditación
¿Qué nos dice el texto?
Lo más importante de estar en la vid, es que experimentamos, disfrutamos, vivimos la Buena Noticia que Cristo nos ha revelado
¿Estamos unidos a Cristo que es la vid ?
¿Estamos dando los frutos que recibimos de parte Dios ?
Si permanecemos en Cristo guardando su Santa Palabra, haciéndola vida con nuestro testimonio lograremos dar frutos.
¿Estamos dando frutos en abundancia ?
Oración
¿Qué le respondo al Señor?
Dame siempre la fuerza para permanecer en la vid, yo sé que sin ti, no puedo dar fruto, solamente permaneciendo en ti como vid que da vida, que motiva, que llena, podré dar fruto en abundancia. Quédate conmigo Jesús porque yo quiero estar en la vid.
Contemplación
¿Qué me resuena?
«Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Y quiero estar allí contigo, porque así daré frutos en abundancia.
Acción
¿A qué me comprometo?
A permanecer siempre en la vid del Señor, meditando día a día su Santa Palabra, teniendo ese contacto con la vid a través de la oración y ayudando al prójimo porque sé que de esta forma estaré dando frutos. Ayudando al que más lo necesita. Sirviendo donde más lo necesitan, en mi familia, en la Iglesia, en la sociedad en general.
