Wendy Sánchez, Coordinadora Diocesana de la Pastoral Juvenil, Diócesis de Itzcalli, México; nos comparte sus comentarios del Capítulo 2, Número 37, de la Exhortación Apostólica Christus Vivit del Papa Francisco.
37. La Iglesia de Cristo siempre puede caer en la tentación de perder el entusiasmo porque ya no escucha la llamada del Señor al riesgo de la fe, a darlo todo sin medir los peligros, y vuelve a buscar falsas seguridades mundanas. Son precisamente los jóvenes quienes pueden ayudarla a mantenerse joven, a no caer en la corrupción, a no quedarse, a no enorgullecerse, a no convertirse en secta, a ser más pobre y testimonial, a estar cerca de los últimos y descartados, a luchar por la justicia, a dejarse interpelar con humildad. Ellos pueden aportarle a la Iglesia la belleza de la juventud cuando estimulan la capacidad «de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas».