Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 17, 7-10

Lectio Divina por Pbro. Pedro Madrid de El Salvador

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,

llena los corazones de tus fieles,

y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador

y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios,

que has iluminado los corazones de tus hijos

con la luz del Espíritu Santo;

haznos dóciles a sus inspiraciones

para gustar siempre el bien

y gozar de su consuelo.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

  1. Lectura, ¿Qué dice el texto? Lucas 17,  7-10

7Supongamos que uno de ustedes tiene un sirviente arando o cuidando los animales, cuando éste vuelva del campo, ¿le dirá que pase en seguida y se ponga a la mesa? 8¿No le dirá más bien: prepárame de comer, ponte el delantal y sírveme mientras como y bebo, después comerás y beberás tú? 9¿Tendrá aquel señor que agradecer al sirviente que haya hecho lo mandado? 10Así también ustedes: cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: Somos simples sirvientes, solamente hemos cumplido nuestro deber.

  1. Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

La parábola es fuerte y hasta suena injusta, pero tengamos en cuenta que ella no está describiendo el comportamiento de Dios con relación a nosotros.  El interés de esta parábola es resaltar que el servicio cristiano en la comunidad es una realidad permanente, que no se realiza para “ganar puntos” ni para adquirir derechos con nadie y que, cuando se trata de cumplir con los propios deberes comunitarios,  no hay nada que pueda ser secundario o que no sea indispensable para el servicio  del Señor, es decir, todas sus palabras son obligantes para nosotros.

Por otra parte, de la parábola se deduce que ante Dios no hay méritos.   La relación con Dios no se apoya en la recompensa que podamos considerar merecida por nuestras buenas acciones, sino es la escucha de su Palabra y en ponerla en práctica, tal como lo ha insistido este evangelio.   Sin embargo, no olvidemos que, antes de pedirnos cualquier cosa, el Señor nos ha dado muchos dones: la vida, las aptitudes, los carismas, los amigos y los hermanos en la fe.  Por otra parte, recordemos que el Señor no nos pide nada que sea absurdo o arbitrario.

Nuestro deber ante el Señor es el de ser administradores fieles que están siempre listos para servirlo a él en aquellos que más lo necesiten.  Y con esto no le estamos haciendo ningún favor a Dios, de manera que después podamos cobrárselo con otro favor que le pidamos.  El estar al servicio del Señor ya es una honra suficiente.

Es claro que el Señor se alegra de nuestros esfuerzos, pero el bien que hacemos no le cambia nada a Él sino más bien a nosotros mismos.  Por eso, con modestia y humildad reconozcamos que todo lo que hacemos lo realizamos como un servicio a Dios.

No nos quedemos esperando la felicitación o la alabanza. Más bien vivamos nosotros en una continua alabanza a Dios expresada en la fidelidad, la perseverancia, la convicción y la alegría en el servicio.  Esta espiritualidad nos dará impulso para asistir misericordiosamente a aquellos que están en extrema necesidad y de quiénes no podemos esperar nada a cambio. Viviremos así en una espiritualidad de la gratuidad de la alabanza encarnada en el servicio, haciéndolo todo por la gloria de Dios.

Y, no lo olvidemos, su bondad con nosotros es infinita.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

  1. Oración, ¿Qué le decimos a Dios?
    Dulce y buen señor mío: enséñame a ser humilde y bondadoso, a imitar tu ejemplo, a amarte con todo mi corazón, y a seguir el camino, que me ha de llevar junto a ti.

Señor: enséñame a ser generoso, a servirte como lo mereces, a dar sin medida, a combatir sin miedo a que me hieran, a trabajar sin descanso, y a no buscar más recompensa, que saber que hago tu voluntad. Así sea.

  1. ¿Qué idea tengo de mis acciones y de mis esfuerzos ante Dios? ¿Estoy esperando alguna contraprestación?
  2. ¿Cómo se conjugan la disposición para el servicio por parte de los siervos (Lc 17,10) y el servicio por parte del Señor (12,37)?
  3. ¿Qué características debe tener una espiritualidad del servidor según el texto que leímos hoy?

‍Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?

Cada uno pone sus intenciones.

-Amén-

  1. Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

Vivamos este momento con este canto

Somos simples sirvientes, solamente hemos cumplido nuestro deber.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

  1. Acción, ¿A qué me comprometo con Dios? 

Me comprometo a: Tener una actitud de humildad, agradeciendo a Dios todo lo que soy y lo que tengo, no por méritos propios, sino por su generosidad.

‍Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

Acerca de Pedro Antonio Madrid Mazariego

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