Lectio Divina del día – WhatsApp Juan 6, 1-15

Lectio Divina por Joan Miguel López de República Dominicana

0) Invocación al Espíritu Santo

Espíritu Santo Consolador, ven con tu fuerza y con tu poder, que sin herir ni violentar, ofreces en la conciencia el susurro de lo que es bueno y mejor, para bien de cada persona y de la comunidad humana.
Ven, sobre todo, a lo más íntimo de nuestro ser, donde se experimenta la turbación, el sinsentido, la desesperanza, la tristeza, el desánimo, el dolor y las lágrimas secretas. ¡Son tantos los que lloran sin que los mire nadie! ¡Son tantos los heridos de la vida que se creen incurables! ¡Son tantos los que piensan que no tiene remedio su dolencia!

1) Lectura: Del Evangelio según Juan 6, 1-15

Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían los signos que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.

Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: « ¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.» Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. Al ver la gente el signo que había realizado, decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.» Sabiendo Jesús que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.
Palabra del Señor.

¿Qué dice el texto?

• Hoy empieza la lectura del capítulo 6 del Evangelio de Juan que trae dos señales o milagros: la multiplicación de los panes (Jn 6,1-15) y Jesús que camina sobre las aguas (Jn 6,16-21). Inmediatamente después, aparece el largo diálogo sobre el Pan de Vida (Jn 6,22-71). Juan sitúa el hecho cerca de la fiesta de Pascua (Jn 6,4). El enfoque central es la confrontación entre la antigua Pascua del Éxodo y la nueva Pascua que se realiza en Jesús. El diálogo sobre el pan de vida aclarará la nueva Pascua que se realiza en Jesús.

• Juan 6,1-4: La situación. En la antigua pascua, el pueblo atravesó el Mar Rojo. En la nueva pascua, Jesús atraviesa el Mar de Galilea. Una gran multitud siguió a Moisés. Una gran multitud siguió a Jesús en este nuevo éxodo. En el primer éxodo, Moisés subió a la montaña. Jesús, el nuevo Moisés, también sube a la montaña. El pueblo seguía Moisés que realizó señales. El pueblo sigue a Jesús porque había visto las señales que él realizaba para los enfermos.

• Juan 6,5-7: Jesús y Felipe. Viendo a la multitud, Jesús confronta a los discípulos con el hambre de la gente y pregunta a Felipe: «¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos?» En el primer éxodo, Moisés había obtenido alimento para el pueblo hambriento. Jesús, el nuevo Moisés, hará lo mismo. Pero Felipe, en vez de mirar la situación a la luz de la Escritura, miraba la situación con los ojos del sistema y respondió: «¡Doscientos denarios de pan no bastan!» Un denario era el salario mínimo de un día. Felipe constata el problema y reconoce su total incapacidad para resolverlo. Se queja, pero no presenta ninguna solución.

• Juan 6,8-9: Andrés y el muchacho. Andrés, en vez de quejarse, busca soluciones. Encuentra a un muchacho con cinco panes y dos peces. Cinco panes de cebada y dos peces eran el sustento diario del pobre. El muchacho entrega su alimento. Hubiera podido decir: «Cinco panes y dos peces, ¿qué es esto para tanta gente? ¡No va a servir para nada! ¡Vamos a compartirlos entre nosotros con dos o tres personas!» En vez de esto, ¡tuvo el valor de entregar los cinco panes y los dos peces para alimentar a 5000 personas (Jn 6,10)! ¡Quien hace esto o es loco o tiene mucha fe, pensando que, por amor a Jesús, todos se disponen a compartir su comida como hizo el muchacho!

• Juan 6,10-11: La multiplicación. Jesús pide que la gente se recueste por tierra. En seguida, multiplica el sustento, la ración del pobre. El texto dice: “Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, y comieron todo lo que quisieron.» Con esta frase, escrita en el año 100 después de Cristo, Juan evoca el gesto de la Ultima Cena (1Cor 11,23-24). La Eucaristía, cuando se celebra como es debido, llevará a compartir como hizo el muchacho, y a entregar el propio sustento para ser compartido.

• Juan 6,12-13: Sobraron doce canastos. El número doce evoca la totalidad de la gente con sus doce tribus. Juan no informa si sobraron peces. Lo que le interesa es evocar el pan como símbolo de la Eucaristía. El evangelio de Juan no tiene la descripción de la Cena Eucarística, pero describe la multiplicación de los panes como símbolo de lo que debe acontecer en las comunidades a través de la celebración de la Cena Eucarística. Si entre los pueblos cristianos hubiese un verdadero compartir, habría comida abundante para todos y sobrarían doce canastas ¡para mucha más gente!

• Juan 6,14-15: Quieren hacerlo rey. La gente interpreta el gesto de Jesús diciendo: «¡Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo!» La intuición de la gente es correcta. De hecho, Jesús es el nuevo Moisés, el Mesías, aquel que el pueblo estaba esperando (Dt 18,15-19). Pero esta intuición estaba siendo desviada por la ideología de la época que quería un gran rey que fuera fuerte y dominador. Por esto, viendo la señal, ¡el pueblo proclamaba a Jesús como Mesías y avanza para hacerle rey! Jesús percibiendo lo que iba a acontecer, se refugia sólo en la montaña. Y así no acepta ser rey y espera el momento oportuno para ayudar a la gente a dar un paso.

2) Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto?

• Ante el problema del hambre en el mundo, ¿Actúo como Felipe o como el muchacho?

• La gente quería un mesías que fuera rey fuerte y poderoso. Hoy, muchos van detrás de líderes populistas. ¿Qué nos tiene que decir sobre esto el Evangelio de hoy?

3) Oración: ¿Qué le respondo a Dios?

Yahvé es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? Yahvé, el refugio de mi vida, ¿ante quién temblaré? (Sal 27,1)

4) Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

“El Señor es mi pastor, NADA me falta”

5) Acción: ¿A qué me comprometo?

En este período difícil que estamos viviendo, confiaré mucho más en la providencia Divina y buscaré compartir mis alimentos con quienes más lo necesitan.

Acerca de Ramón Pané

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