Lectio Divina por Cristian Buiani De Argentina
Invoquemos al Espíritu Santo:
Ven Santo Espíritu de Dios, ven a nuestras vidas, ven en este momento sagrado en que me dispongo a leer tu Palabra. Ayúdame a entender, a comprender, a disponer. Que mi corazón este abierto para alojarte Señor.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,21-35):
EN aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».
Palabra del Señor.
¿Qué dice el texto?
El texto nos presenta al siervo a quien el dueño le perdona todo a pesar de sus grandes deudas, pero que a su vez luego es incapaz de perdonar a sus deudores. No ha comprendido el misterio del perdón. El perdón supone correspondencia. Es una enseñanza clara en el Evangelio.
La pregunta de Pedro es razonable, según nuestras medidas. Le parece que ya es mucho perdonar siete veces. No es fácil perdonar una vez, pero siete veces es el colmo. Y recibe una respuesta que no se esperaba: hay que perdonar setenta veces siete, o sea, siempre.
Meditación: ¿Somos misericordiosos?
¿Cuánta paciencia y tolerancia almacenamos en nuestro corazón? ¿tanta como Dios, que nos ha perdonado a nosotros diez mil talentos?
¿podría decirse de nosotros que luego no somos capaces de perdonar al que nos los debe?
Oración:
«Señor, recuerda tu misericordia, enséñanos tus caminos, haz que caminemos con lealtad… el Señor es bueno y recto y enseña el camino a los pecadores…». Perdónanos… como nosotros perdonamos»
Acción:
Me compromete a recorrer el camino para perdón, no como una decisión instantánea, sino como un proceso liberador, alejando todo rencor. Perdonando con amor, sintiéndonos nosotros mismos perdonados por Dios.