Vanesa Lezama Tonquiantzi, Catequista y miembro del Movimiento Familia educadora en la Fe, Arquidiócesis de Puebla – México; nos comparte sus comentarios del Capítulo 2, Número 26, Exhortación Apostólica Christus Vivit del Papa Francisco.
26. Entre estos relatos, encontramos uno que muestra a Jesús en plena adolescencia. Es cuando regresó con sus padres a Nazaret, después que ellos lo perdieron y lo encontraron en el Templo (cf. Lc 2,41-51). Allí dice que «les estaba sujeto» (cf. Lc 2,51), porque no renegaba de su familia. Después, Lucas agrega que Jesús «crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52). Es decir, estaba siendo preparado, y en ese período iba profundizando su relación con el Padre y con los demás. San Juan Pablo II explicaba que no crecía sólo físicamente, sino que «se dio también en Jesús un crecimiento espiritual», porque «la plenitud de gracia en Jesús era relativa a la edad: había siempre plenitud, pero una plenitud creciente con el crecer de la edad»