Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 4, 38-44

Lectio Divina por Tamara Ruíz de Nicaragua

Paso 0: INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven Espíritu Santo y enséñame amarte como tú me amas.
Tú sabes que yo soy parte de la hermosura de este mundo, Como cada nota es parte de una hermosa canción, y es necesaria igual que las demás.
Por eso, aunque nadie me hubiera esperado cuando yo nací, tú sí me esperabas, tú estabas deseando mi nacimiento. Por eso tu palabra me dice: yo te amé con un amor eterno.
Quiero dejarme mirar con tus ojos de amor, quiero reconocer tu mirada de ternura y descubrir que, Aunque los demás me miren con defectos, tu mirada me contempla amándome.
Si a veces yo pienso que valgo poco, que no sirvo que no soy digno de tu amor, sin embargo tu palabra me dice: eres precioso para mis ojos y yo te amo.
Toca mi interior herido, Espíritu Santo, para que pueda descubrir que ese amor tan grande también es para mí. Ven espíritu santo. Amén

Paso 1: LECTURA Lectura del santo evangelio según san Lucas (4, 38-44):

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

¿Qué dice el texto?

Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.» La palabra de Jesús es sanidad y es poder a tal punto que los demonios obedecían y liberaban a los hombres con el solo mandato suyo. «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.»

Paso 2: MEDITACIÓN, ¿Qué me dice a mí el texto?

Este evangelio nos invita a meditar la grandeza de Jesús, él es más que el camino, la verdad y la vida. Si hasta los mismos demonios reconocen a Jesús, porque nosotros seguimos ciegos ante su grandeza, ante su presencia eucarística. Este evangelio nos hace preguntarnos también si solo buscamos a Jesús esperando los milagros que puede hacer en nuestra vida. Amar a Jesús es llevar a otros a él, evangelizando con nuestras acciones, Jesús es un hombre de acciones y obras, acapararlo solo para nosotros es convertirlo en un ídolo, instrumentalizarlo para nuestros intereses mezquinos, Jesús es universal, ha venido también “para otros pueblos” incluso para los que no creen en él. Jesús es pleno amor y en esta expresión, caben otras culturas, otras visiones de la realidad y de la Iglesia. Si realmente amamos a Jesús lo mejor que podemos hacer es sumarnos a llevarlo a los demás, enseñarles a otros lo que él ha hecho en nuestra vida, pero no mostrando que solo por interés a milagros debemos buscarlo, porque Jesús trasciende todos los momentos de nuestra vida incluso los dolorosos.

Paso 3: ORACIÓN, ¿Qué le respondo a Dios

Amado Jesús antes que nada perdóname porque me cierro a ver tu grandeza, porque no veo que en tu trasciendes mi humanidad. Porque soy impaciente y hasta a veces en momentos de dolor o rabia o angustia te exijo te manifiestes, queriendo ponerme en tu lugar y no esperando que en tu sabiduría infinita serás tú el que actuara en mi vida. Ayúdame a no acapararte solo para mí, ayúdame a no convertirte en ídolo y más allá mostrarte con mis buenas acciones a los demás, porque tú trasciendes más allá de mi vida. Amén.

Paso 4: CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

“También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado”.

Paso, 5: ACCIÓN, ¿A qué me comprometo?

El evangelio de Jesús el día de hoy nos invita a seguir entender que Jesús es más que un ídolo, y que no debemos buscarlo es solo esperando milagros, debemos dejarlo actuar en nuestra vida y asimismo que debemos de mostrar el amor de Jesús con acciones a todos nuestros hermanos, incluyendo quienes no tienen nuestra misma cultura y costumbres.

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