Evangelio del día – Lectio Divina Juan 1 ,45-51

Lectio Divina por Padre Gabriel Ola Velásquez de Guatemala

Fiesta de San Bartolomé, Apóstol
1) Oración al Espíritu Santo

– Cardenal Verdier-
Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación.
Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.

2) Lectura Del santo Evangelio según Juan 1 ,45-51

“Al día siguiente, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.» Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel.» Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»”

3) ¿Qué dice el texto?

Jesús encontró a Felipe y le llamó: ¡Sígueme! Felipe se pone en seguimiento de Jesús. Felipe a su vez encuentra a Natanael (Bartolomé) y le habla sobre Jesús: «Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». Natanael pregunta: «Pero, ¿puede salir algo bueno de Nazaret?” según la enseñanza oficial de los escribas, el Mesías vendría de Belén en Judea. No podía venir de Nazaret en Galilea (Jn 7,41-42). Andrés da la misma respuesta que Jesús había dado a los otros dos discípulos: “¡Ven y verás!» No es por medio de la imposición más bien viendo que las personas se convencen, experimentando personalmente el Encuentro. De nuevo, ¡el mismo itinerario: encontrar, experimentar, compartir, testimoniar, llevar a Jesús!

Jesús ve a Natanael y afirma de él: «¡Ahí viene un verdadero israelita, sin falsedad!» Y asegira que ya le conocía, cuando estaba debajo de la higuera. ¿Cómo es que Natanael podía ser un «auténtico israelita” si no acepta en ese momento a Jesús como Mesías? Natanael «estaba debajo de la higuera». La higuera era el símbolo de Israel. Israelita auténtico es aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que no concuerdan con el proyecto de Dios, ser dóciles a la Palabra. El israelita que no está dispuesto a esta conversión sería inauténtico, deshonesto.

El esperaba al Mesías como todo israelita. Por esto, inicialmente, no aceptaba a un mesías venido de Nazaret. Pero el encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como la percepción humana se lo imagina o lo desea que sea. El reconoce su engaño, cambia idea, acepta a Jesús como mesías y confiesa, se da una verdadera conversion, una metanoia –un cambio de mentalidad-: «¡Maestro, tu eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!» La confesión de Natanael es apenas el inicio de todo un proceso, un camino. Quien será perseverante, verá el cielo abierto y los ángeles que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y los hombres Bartolomé permaneció vacilante hasta que escuchó las palabras de Jesús… ¡alabándole!​

4) Meditación

«Ven y lo verás». Cada uno de nosotros ha llegado a conocer a Cristo gracias a otra persona. Hemos una serie de experiencias bien distintas. Por ejemplo recordemos un sacerdote nos bautizó y nos ha dado los sacramentos; catequistas nos enseñaron el catecismo, o bien al interno de nuestra familia; algún amigo o amiga en concreto nos ha atraído más hacia la fe, un Retiro, un Grupo Juvenil, un concierto alguna actividad en la Iglesia. En cada cristiano, a lo largo de la historia, se repite el evento de Felipe, Natanael y Jesús. A modo de una càdena de encuentros.

Elevamos nuestra oración de gratitu por cuantos han hecho posible que nos acercaramos a Jesús.¿Qué sería de mí sin la ayuda de mis papás, de los sacerdotes, de mis amigos y hermanos en la fe? Dios ha ingresado en mi vida, gracias a cuantos amo y me aman. Y asi descubrir su amor por mi.

Conocer a Jesús definitivamente es lo mejor que ha podido suceder en nuestra vida. Pero este don trae consigo una responsabilidad. ¡Cuántas personas el día de hoy no han escuchado aún hablar de Cristo! ¡Otros más saben de Él, pero no lo conocen en realidad, y por eso no lo aman, porque no lo han vivido! Y cuántos otros, tantisimos viven a nuestro lado, trabajando junto a nosotros, pasando por nuestras calles. Debemos compartir con los demás el mayor tesoro de la humanidad para nosotros mismos. Transmitir la gran noticia: ¡hemos encontrado a Aquél que tanto anhela el corazón humano! Hemos encontrado a El Salvador, nuestro Salvador.

Cuenta conmigo. Dame ese fuego misionero, la gracia de transmitir el encuentro contigo. Qué pueda dar a conocer a Cristo con mi vida, a cada hombre que encuentre a los largo de mi camino.

5) Oración

Jesús, soy inseguro, inconstante, infiel muchas veces desconfío en que puedo alcanzar la santidad, pero porque no me dejo transformar por tu gracia y no acojo la voluntad de Dios en mi, no soy dócil a tu palabra, no logro tener esa capacidad de Bartolomé de retornar sobre mis pasos y buscar el error y enmendarme. Por eso te pido, hoy, que abras mi mente, ilumina mi espíritu, da sabiduría a mi débil corazón, da luz a mi entendimiento, para que sea capaz de reconocerte siempre y en cada lugar, y asi pueda darte el lugar prioritario que te corresponde en mi vida. Y darte a conocer con mi vida misma de cada día, con mi testimonio.

6) Contemplación

Bartolomé, con su admiración por Cristo, nos enseña a nosotros, hombres de hoy, una serie de actitudes muy necesarias frente a las cosas de Dios, pues a lo mejor es posible que nuestra vida espiritual y religiosa esté impregnada de modos fríos, racionalistas, calculadores, lejanos todos ellos de ese talante alegre, cordial y humano que debe caracterizarnos como hijos de Dios. Hay que decir que a veces el debilitamiento en la fe de muchos hermanos nuestros ha sido culpa de no ver una persona en su experiencia de vida cristiana, ven sólo un conjunto de principios y normas. Si nuestra vivencia cristiana no es Cristo, si el porqué de nuestra fidelidad no es su Persona, si en cada mandamiento no vemos el rostro de Jesús, terminaremos agobiádos, porque se convertirá en un montón de deberes, sin relación a Aquél a quien nosotros queremos servir. Si nosotros fueramos capaces de permitir a Dios de entrar en nuestro corazón completamente, si nosotros tuviéramos una experiencia auténtica y personal de Dios, si nosotros nos despojaramos de nuestros miedos y lograramos abrir las puertas de nuestro corazón a Dios, llenos de entusiasmo y gozo, estaríamos bien dispuestos a exclamar con júbilo «Rabbí, Tú eres el Hijo de Dios», y vivir de consecuencia.

7) Acción

Con urgencia necesitamos en estos momentos en nuestra vida que nuestra relación con Dios tenga: un estilo de fe lleno de gozo y de entusiasmo, una relación con Dios cercana y cordial, una certeza absoluta de Dios como lo mejor para el hombre de este Tercer Milenio. Desgraciadamente, para muchos hoy la experiencia de fe se ha convertido en un peso, hace falta la presencia viva de testigos de un Evangelio actual y vivo. Este mundo esta carente de alegría, esa alegría que es tambien sinónimo de santidad y que muchos cristianos viven una experiencia de fe forzada, hacen falta rostros alegres porque saben vivir su cristianismo en la libertad de los hijos de Dios. Y en este peregrinar hacia la Patria Celeste en el que muchos creyentes miran hacia atrás acordándose de lo que dejan, hacen falta hombres que caminen con seguridad y certeza, sin volver los ojos atrás, hacia el futuro que Dios nos promete.

«Oh, Dios omnipotente y eterno, que hiciste este día tan venerable día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé, concede a tu Iglesia amar lo que el creyó, y predicar lo que él enseñó. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén»

Acerca de P. Gabriel Ola

Monje y Sacerdote de la Congregación Benedictina de Santa María de Monte Oliveto OSB - Prior Conventual del Monasterio San Bernardo Tolomei en Boca del Monte, Villa Canales - Guatemala y VI Definidor del Abad General.

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