Lectio Divina por Gabriela De La Barra de Bolivia
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena nuestro corazón con tu amor y fuerza, guíanos en nuestro caminar y permite siempre darnos la luz necesaria para saber seguirte y reconocerte como el verdadero Dios. Que la confianza y seguridad en ti, sea suficiente para mi caminar cotidiano. Amen
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6,24-34:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús.
Lectura ¿Qué dice el texto?
El texto bíblico nos hace una reflexión de tres cosas diferentes que están entrelazadas, la primera: el poder diferenciar el bien del mal, con la misma drasticidad del día y la noche, ninguno de nosotros puede quedarse en casi de día o casi de noche, la elección y selección de uno de los momentos es lo que puede determinar el caminar hasta el final de los días, sabiendo que tenemos que aprender a ser leales y mantenerlos en nuestra elección, conociendo de la fidelidad de vida. La segunda: el amor infinito del Padre, el mismo que lo podemos ver con las obras a nuestro alrededor a cada momento, y si el padre que hace tanto por estos que se dicen más pequeños, cuanto más, hará por nosotros sus hijos amados, saberse amado, es saberse rico de todas las herencias es decir “las cosas que te pertenecen por el simple hecho de nacer”. Y la tercera: Confiar, hoy y siempre en Dios, habiendo elegido por el, sintiendo su amor y poniendo la confianza necesaria en que todo estará bien, para distribuir el peso con el amigo fiel, que conoce lo más íntimo de nuestros corazones.
Meditación ¿Que me dice el texto?
El texto del día es muy claro, nos habla de que hay preocupaciones que se tiene, pero que la confianza en el Señor es la plenitud, tener claro quién es el Dios de la vida, nos ayuda a caminar de una manera clara y con convicciones. Que el decir me basta tu gracia tiene que reflejarse también en mis acciones, en devolver a Dios todo, incluso la seguridad de que en sus manos todo está bien, creerle a Dios implica sobre todo confiar en el “me basta tu gracia” es amarle y demostrarle que nos sentimos amados por él. Así como cuando mama o papa, salen de la casa por la mañana, nos dejan un par de obligaciones y dicen, volveré por la tarde y todo lo que te deje para hacer tiene que estar hecho, como creo en su palabra, como que se pondrá el sol este día y volverán, organizo con todas las obligaciones, y es cierto, cuando se pone el sol, los vemos abriendo la puerta, ya hicimos las tareas pendientes, y nuestro corazón pasado el mediodía se dedica a una espera, porque hay la confianza y certeza total de su regreso. Del mismo modo esa certeza tiene que estar presente cuando hablamos con papa Dios y lo sentimos en lo profundo de nuestro corazón.
Oración ¿Qué le decimos a Dios?
Señor, padre de amor y fidelidad, amigo fiel, fortaleza en los momentos difíciles, permíteme o amado Dios, tenerte siempre como mi camino. Que en las tinieblas pueda reconocerte como mi verdadero Rey; mi Señor, que tu amor sea suficiente aceite en mi lámpara, ablanda mi corazón para ser cada día más sensible a tu amor, reflejado en mi prójimo.
Contemplación ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios?
¿Confío en el amor de Dios? ¿Me he sentido amado por Dios como un hijo? ¿Cuantas veces la confianza en Dios ha sido puesta a prueba?
Acción ¿A que me comprometo?
Me comprometo a iniciar mis oraciones del día dándote gracias por las cosas que me has dado el día de hoy, desde las que considero pequeñas: mi salud, mi familia, amigos, virtudes y defectos.