Lectio Divina por Eduardo Ramírez de Guatemala
Buenos días hermanos Cristonautas.
Feliz Navidad
En actitud de oración, les invito a que naveguemos en el texto del Evangelio para este día de Navidad.
Invocación al Espíritu Santo
Ven Espíritu Divino, y encárnate en cada uno de nosotros, que así, como lo hiciste en el seno de la Virgen María, así también la Palabra hecha carne, dé frutos en nuestros corazones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1. Lectura: Del Santo Evangelio según San Juan (1,1-14).
1 Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
2 Al principio estaba junto a Dios.
3 Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
4 En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
6 Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
7 Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
8 Él no era luz, sino el testigo de la luz.
9 La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
10 Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
11 Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
12 Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
13 Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo».
16 De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
18 Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.
¿Qué dice el texto?
Este texto, conocido como el Prólogo del Evangelio según San Juan, es una lectura rápida de lo que el evangelista nos presentará a continuación en el Evangelio. También es un vistazo al conjunto de la Sagrada Escritura, desde el Génesis hasta la plenitud de los tiempos, que se detallará en el Apocalipsis. Es un texto que nos muestra uno de los grandes misterios del amor de Dios. En el versículo 1, se nos da a conocer la verdad de Jesucristo como la Palabra única y eterna de Dios y en versículo 14, cómo esa Palabra se hizo carne: “se hizo debilidad”. Baja como Dios y se hace hombre para al final de su vida terrena, sube nuevamente, pero sube con nuestra humanidad, cambiando por completo el concepto de eternidad que nos venía presentando la Primera Alianza.
¿Qué versículo te llama más la atención? ¿Qué otros aspectos del texto nos pueden ayudar para entrar en la intimidad de la Palabra?
2. Meditación: ¿Qué nos dice el texto?
Leernos en la Palabra, nos lleva a reconocer, primero: ¿cuál es nuestra convicción de la presencia viva de Jesucristo en la Sagrada Escritura? Muchas veces leemos las palabras contenidas en la Biblia, pero ¿cuántas veces leemos la Palabra? O mejor dicho: ¿Cuántas veces dejamos que la Palabra creadora se encarne en mi ser?
A ti ¿qué te dice el texto? ¿qué otras enseñanzas encuentras en el texto que hemos leído?
3. Oración: ¿Qué nos suscita el texto a decirle al Señor?
“En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”
Señor, tú eres nuestra luz,
Aunque andemos en tinieblas, tu luz siempre nos ilumina.
Guíanos, Señor a través de este mundo de tinieblas para que nunca nos alejemos de Ti. Amén.
Y a ti: ¿Qué te hace decirle al Señor, la lectura de este texto?
4. Contemplación: ¿A qué cambio en mi ser me invita el texto?
Contemplando la ternura en la imagen del Niño recién nacido (recomiendo tomar en nuestras manos la imagen del Niño Dios de nuestro nacimiento) y dejarnos llenar de su amor, es necesario vaciarnos para dejar que su gracia inunde nuestro ser. “De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia.” Para ayudarnos a contemplar ese rostro del Señor en la Palabra repitamos un versículo del texto o una frase que nos ayude a profundizar en el Señor. Yo escogí el versículo 16 que me invita a sentir la gracia del amor de Dios en mi vida:
“Hemos recibido gracia sobre gracia”.
¿Qué versículo o frase te ayuda a contemplar el rostro del Señor?
5. Acción: ¿Cómo voy a hacer vida el texto?
Te invito a realizar algunas acciones para que la Palabra del Señor se encarne en tu corazón. Por ejemplo:
1. Haz una revisión de vida y busca en tu interior, todo lo que no te ayuda a que el Señor realmente viva en tu corazón.
2. Invita a tu familia a hacer de tu hogar un santuario para que la Palabra ponga en ella su morada.
3. Durante esta octava de pascua, hacer un ejercicio de silencio y contemplación, ante el misterio que se hace presente en el pesebre. Sólo en el silencio se puede descubrir la presencia de Dios en nuestras vidas.