Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 11, 5-13

Lectio Divina por el Padre Padre Héctor Fabio Ramírez y la misionera Diela Vergara de Colombia

1) Invocación al Espíritu Santo

Gracias Señor por éste nuevo día. Ayúdanos con la luz de tu Santo Espíritu para que nosotros podamos meditar con fruto tu Santa Palabra. Amén.

2) Lectura: Lc 11, 5-13

Les dijo también: “Supongan que uno de ustedes tiene un amigo y va a medianoche a su casa a decirle: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. Y el otro le responde a usted desde adentro: “No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos”. Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita. Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llame a la puerta se le abrirá. ¿Habrá un padre entre todos ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide pan? Y si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto más el Padre del Cielo dará Espíritu Santo a los que se lo pidan!”

3) Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto?

¿Qué tanto persevero en la oración? ¿Insisto hasta alcanzar de Dios lo que le pido? ¿Espero con paciencia a que el Señor abra la puerta de mi corazón? Porque «Somos débiles, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros con gemidos inefables» (Rm 8,26).

Entendemos la necesidad de una oración perseverante y humilde, pues es el mismo Espíritu Santo el que debe conducir nuestra oración y la vida, pues en nuestra debilidad no nos dirigimos a Dios como conviene. Hay que reconocer el protagonismo del Espíritu Santo en la obra de Dios que somos nosotros mismos (Sal 138,8).

Salomón recibió abundante bendición porque pidió lo realmente necesario, lo único necesario, «Sabiduría», lo que para nosotros cristianos es el Espíritu de Dios (1 Re 3, 9-13).

4) Oración: ¿Qué le respondo a Dios?

Señor nos reconocemos débiles, frágiles; no sabemos pedir como conviene. Perdónanos porque a veces se nos olvida pedir el Espíritu Santo por estar pidiendo cosas cuando la única necesaria es tu Santo Espíritu. Que como Salomón pidamos lo esencial, que es la Sabiduría Divina, pues tú eres nuestro Padre que cuida de nosotros tus hijos y no tenemos por qué preocuparnos de nada más (Mt 6,33).

5) Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

¡Cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden! Repitamos esta frase hasta interiorizarla, hacerla nuestra.

6) Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?

 Pedir con insistencia y constantemente el Espíritu Santo a Dios.

Acerca de HECTOR FABIO RAMIREZ GAVIRIA

Actualmente, presto mi servicio como sacerdote misionero en la Diócesis de Florencia, Caquetá, Colombia.

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