Lectio Divina por Neritza Milagro de República Dominicana
«Y no hizo allí muchos milagros «
Viernes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario.
Invocamos al Espíritu Santo
Ven Santo Espíritu, dulce huésped del alma, ilumíname con tu luz para que pueda entender y acoger la Palabra de Dios en mi corazón.
Amén.
Evangelio: San Mateo 13, 54-58
Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.
Palabra del Señor.
Lectura: ¿Qué dice el texto?
Jesús estaba enseñando en la sinagoga de su pueblo. La gente sorprendida por la sabiduría con la que hablaba y los milagros que realizaba comenzaron a cuestionar el origen de Jesús y discutían: ¿De dónde le viene todo esto? Esto trajo como consecuencia escándalo a causa de Él. A lo que Jesús respondió que un profeta en su propia tierra no es bien recibido. Entonces allí no hizo muchos milagros porque les faltaba fe.
Meditación: ¿Qué nos dice Dios en el texto?
A través de esta Palabra el Señor nos expone con mucha claridad lo importante que es creamos que Él es Hijo de Dios y que tiene el poder para hacer en nuestras vidas lo que desee. Sin embargo, es muy importante que tú y yo aportemos nuestro granito de arena, al proyecto de salvación en nuestra vida, sólo se trata de FE, creer que Él puede abrir caminos donde no los hay, que puede escribir en renglones torcidos, que puede hacer fluir manantiales de agua en tierra seca. Los milagros aún siguen siendo la forma de actuar de Dios, lo podemos ver en la creación, en la sonrisa de los niños, en la familia, en los ancianos, en los enfermos que manifiestan una fe inquebrantable, en la Eucaristía, en el perdón, en un abrazo…
¿Creo verdaderamente que Él puede sanarme, liberarme de la situación de la cual me siento esclavo? ¿Creo que Él me ama y me perdona? ¿Estoy convencido que Él quiere hacer un nuevo milagro cada mañana en mi existencia? ¿Estoy consciente que soy el milagro de Dios? ¿Creo que sus planes son para mi bienestar?
Oración: ¿Qué le decimos a Dios?
Querido Padre te agradezco por tu Palabra que es vida y lámpara para guiar nuestros pasos. Hoy vivimos en un tiempo en el que Creer no es la primera opción de vida, se ha endurecido el corazón y el hombre no quiere abrirse a la maravilla del milagro que tú esperas, deseas y has planeado realizar en él. Te suplicamos Señor, toca nuestro endurecido corazón y haz que, por la fuerza de tu Santo Espíritu, te reconozcamos a ti como el Hijo de Dios y que tienes el poder para hacer más allá de lo que podamos pedir o imaginar. Aumenta nuestra fe. Abre nuestros ojos para que contemplemos el milagro que hoy quieres hacer en tus hijos. Amén.
Contemplación: ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
«Y no hizo allí muchos milagros porque les faltaba fe»
(Repetir las veces que sientas necesario)
Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
A la luz de la Palabra me acercaré al Señor en la intimidad y abriré mi corazón reconociendo que Él es mi Señor y sanador. Intentar comprender que la obra de salvación principalmente depende de Él, pero también requiere de mi colaboración. Por lo tanto, mi fe y confianza las pondré en Él.