Lectio Divina por Francis Castillo de Nicaragua
Saludos Hermanos desde Nicaragua.
Iniciamos nuestro ejercicio de Lectio Divina. Fiesta de San Benito Abad, Patrono de Europa.
Paso 0: Invocación al Espíritu Santo
Soplo de Dios, dame vida,
Soplo de Dios, dame vida
Sopla Espíritu Santo tu amor,
Sopla Espíritu Santo tu Amor.
https://www.youtube.com/watch?v=y1pHrs69JP4
Paso 1: Lectura
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,27-29:
Entonces Pedro le respondió:
—Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué será de nosotros?
Jesús les dijo:
—Les aseguro que, en el mundo nuevo, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mí deje casas, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer o hijos, o campos, recibirá cien veces más y heredará vida eterna.
Palabra del Señor.
¿Qué dice el texto?
En esta lectura, vemos el diálogo entre Jesús y sus discípulos y concretamente con Pedro, quien lo cuestiona, puesto que los discípulos cumplen los dos requisitos que Jesús puso al joven rico: lo han dejado todo y le han seguido; por eso, su recompensa será la plenitud de la vida, anticipada ya en la vida presente. La promesa de Jesús se amplía a todos aquellos que hayan abandonado todo por su causa y, en definitiva, a todos los creyentes. El premio es seguro y mucho mayor que el que uno pueda imaginar, aunque en el Reino de Dios nadie tiene asegurado definitivamente el puesto. Los doce tronos de gloria no son otra cosa que la exigente tarea de servir y animar al pueblo de Dios en su camino hacia el Reino.
Paso 2: Meditación: ¿Qué me dice a mí el texto?
Si se toma al pie de la letra lo de “dejar casa, hermanos o hermanas…”. Pero Jesús, independientemente del significado exacto de los términos griegos, no dice “dejar”, sino “dejar por mí”. O sea, que no se trata de “abandonar”, sino de trasladar el centro de atención, de modificar la consideración de nuestra relación con la familia, con nuestra tierra. Se trata de verlo todo desde Jesús, con Él en medio, filtrándolo todo a través de su voluntad, de su mandato del amor.
El Evangelio, como el ejemplo de San Benito, nos invita a repasar todo lo que tenemos: nuestras relaciones humanas, nuestras propiedades materiales, y mirarlo todo de otra manera. Conviene, de vez en cuando, hacer inventario de nuestros bienes (espirituales y materiales) y dar gracias a Dios por ellos, poniéndolos a su disposición. Y, eso sí, luego “escudriñar” qué quiere Él de nosotros, cómo quiere que utilicemos lo que tenemos, lo que nos da…
Venderlo todo es más fácil, sólo hay que hacerlo una vez. Repensar cada día nuestras relaciones personales, el uso que damos a nuestros bienes, evitar “apropiarnos” del cariño de los demás o utilizarlo para nuestra propia satisfacción, renunciar al consumismo injustificado… es tarea de cada día, y es muy difícil. Es vivir el “dejar por mí” poniendo el acento en el “por mí”, en lugar de en el “dejar”. Y eso nos toca a todos.
Paso 3: Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Señor Jesús, gracias por tu Palabra, gracias por interpelar nuestra vida a la luz de tu Palabra.
San Benito comprendió perfectamente y aplicó a su vida tu respuesta a Pedro.
Dejó todo lo que tenía para seguirte en libertad. Y tú le diste cien veces más,
Y la vida eterna, que disfruta a tu lado, ayúdanos a seguirte radicalmente y a ser testigos de tu amor y misericordia siempre.
Amén. –
Paso 4: Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Repitamos esta frase e interioricemos:
Ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos. –
Paso 5: Acción: ¿A qué me comprometo?
Propongo como compromiso, evaluar nuestras relaciones interpersonales y nuestros amores, para ver qué tan apegados estamos a personas más que al mismo Jesús.