Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 7, 15-20

Lectio Divina por Edita Pérez Tejada de República Dominicana

Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, Consolador, hazte luz para quienes todo lo ven oscuro; amor, para quienes se creen o están solos; fuerza, para quienes perciben la debilidad física y también en su espíritu. Tú eres el mejor Abogado, defiéndenos de nosotros mismos, de nuestras melancolías y desesperanzas. Amén.

Evangelio de san mateo 7, 15-20
Tengan cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes haciéndose pasar por ovejas, cuando en realidad son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán, pues no pueden recogerse uvas de los espinos, ni higos de los cardos. Todo árbol sano da buenos frutos, mientras que el árbol enfermo da frutos malos. Por el contrario, el árbol sano no puede dar fruto malo, como tampoco puede dar buen fruto el árbol enfermo. Los árboles que dan mal fruto se cortan y se hace una hoguera con ellos. Así pues, también ustedes conocerán a los falsos profetas por sus frutos.
Palabra del Señor.
Meditación: ¿Qué me dice el texto?
Para el cristiano, Jesucristo es el faro de la luz que ilumina sus pasos en el camino de la vida. Como expresó Thomas Merton: «En el centro de nuestro ser hay un punto que no está tocado por el pecado, ni para la ilusión, este punto pertenece completamente a Dios, y es la gloria de Dios completamente pura en nosotros». Estas son palabras inefables que nos hacen conscientes de que somos hijos de Dios y templos del Espíritu Santo; este es un don que tenemos que proteger y defender con toda vehemencia, porque podemos ser confundidos y engañados por personas que, con falsos argumentos, como luces de bengala, debilitan los sanos principios que tenemos en nuestras concepciones sociales, familiares y religiosas.

Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Ilumina, Señor, mi vida para que siempre esté alerta a toda influencia que puedan desviarme del camino que me conduce a ti. Dame sabiduría para afianzar mi fe y protegerla de todo lo que pueda debilitar lo que generosamente Tú me has dado y pueda manifestarlo mediante frutos de vida eterna. Amén

Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
Luego de leer, meditar y orar permanezco en silencio por un rato, saboreando a Jesús, viéndolo en la fe. Con Él y en Él, veo y saboreo la vida.

Acción: ¿A qué me comprometo?
Apoyado en el Señor tratar a los que me rodean con amor, generosidad, paciencia y compresió

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