Lectio Divina por Hna. Neritza Milagro Rivas de República Dominicana
ORACIÓN INICIAL
Señor, así como prometiste enviarnos tu Espíritu, envíalo ahora sobre nuestras vidas para así podamos conocerte a través de tu palabra.
MARCOS 6, 7-13
Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”. Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Palabra del Señor
LECTURA
El texto que hoy vamos a meditar se encuentra en el evangelio de San Marcos 6, 7-13
Maravillosamente el pasaje nos trae la escena en el que Jesús llama a los doce y los envía de dos en dos, con autoridad para echar y expulsar los demonios. Les pidió que sólo llevaran un bastón, sandalias y una túnica. También les dijo que en la casa donde llegaran, allí debían quedarse. Si en algún lugar no les reciben y no querían escucharles, que se sacudieran el polvo de sus sandalias para probar su culpa.
Luego los discípulos salieron a predicar echando los demonios y ungiendo a los enfermos y ellos se sanaban.
REFLEXIÓN
Ante este acontecimiento tan importante, es necesario resaltar que Jesús está instruyendo a sus discípulos y luego envía “de dos en dos”. Ya es tiempo de pasar a una nueva etapa de formación misionera. La estrategia de ir de dos en dos es poderosa por tres razones: 1. Un compañero da fuerza, proporciona compañía agradable y así se alientan en el uno al otro en circunstancias difíciles. 2. Una segunda persona se presta a la credibilidad. Jesús les podría haber mandado en grupos de tres, pero generalmente dos personas son más efectivas que tres. 3. Un compañero engendra responsabilidad. Es menos probable que una persona caiga en tentación cuando va acompañada.
Jesús les da unas instrucciones muy precisas: El Maestro los envía pobres, “ligeros de equipaje”: sólo con un bastón, con sandalias y con una túnica sola, porque llevar dos era signo de riqueza. Predicar con el ejemplo, dar testimonio.
Dios proveerá por las necesidades que surjan, lo cual requiere fe. Empezar una travesía sin provisiones es un profundo acto de fe.
Predicar en pobreza es predicar la misma pobreza evangélica y la vida sencilla. La vida misma del apóstol se hace predicación. Jesús, desde su nacimiento hasta su muerte en cruz, nos propuso un estilo de vida austero que nos enriquece con su pobreza.
La vida austera abre muchas posibilidades, que no alcanzamos a imaginar.
PARA REFLEXIÓN PERSONAL
¿Estoy dispuesto a ir donde Jesús me envíe y con quién me envié? ¿Quiero vivir mi fe solo? ¿Estoy dispuesto a recibir a mi hermano como compañero que me da fuerza, y anima en la misión? ¿Elijo la aventura de vivir la pobreza, sabiendo que Dios proveerá todas mis necesidades?
ORACIÓN FINAL
Te damos gracias Señor, porque por tu inmensa bondad nos ha elegido para anunciar tu bondad y misericordia. En esta misión no nos envías solos, sino que además de tu segura compañía nos regalas un hermano con quien transitar la aventura de anunciar tu evangelio. Danos la gracia de acoger este mandato sabiendo que sólo tu gracia nos basta y nada más.