Lectio Divina por Francisco Perez, Costa Rica.
Lectio Divina del 23 Octubre, 2017.
1-Invocación al Espíritu Santo.
Oh Espíritu Santo, ilumina nuestra mente, nuestra vida en todo momento. Llénanos de tu entendimiento y de sabiduría para poder comprender desde el corazón todo lo que tienes preparado para nosotros desde la iluminación de tu Palabra. Sé tú nuestra guía, nuestro consuelo, nuestro refugio. Llévanos siempre por el camino justo y danos la paz que nuestra vida necesita. AMÉN.
2-Lectura
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: «¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.» Y se dijo: «Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.» Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor
3-Meditación
“En la Liturgia resuena la palabra provocadora de Eclesiastés: «vanidad de vanidades… todo es vanidad». Los jóvenes son particularmente sensibles al vacío de significado y de los valores que a menudo les rodean. Y lamentablemente pagan las consecuencias. Sin embargo el encuentro con Jesús vivo, en su gran familia que es la Iglesia, llena el corazón de alegría, porque lo llevan de verdadera vida, de un bien profundo, que no pasa y no se marchita: lo hemos visto sobre los rostros de los jóvenes en Río.
Pero esta experiencia debe afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en el beneficio y en el haber, que engañan a los jóvenes con el consumismo. El Evangelio de este domingo nos llama la atención precisamente sobre lo absurdo de basar la propia felicidad en el haber. El rico se dice a sí mismo: «Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida». Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?». Queridos hermanos y hermanas la verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudamos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón. Confiamos esta intención, esta intención de recibir el amor de Dios y compartirlo con los hermanos, a la intercesión de la Virgen María.” (Papa Francisco)
4-Oración
Danos Señor, la confianza plena de entregar nuestra vida en tus manos, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos, lo que somos, lo que experimentamos. Danos la sabiduría de poder estar a tus pies, tomados de tu mano, sin que existan dudas de tu amor, de tu gracia, de tu gran compasión y deseo de alegría en nuestra vida. Incrementa el deseo en cada uno de nosotros de seguirte y de amarte cada día más. AMÉN.
5-CONTEMPLACIÓN.
Tomemos la frase que más hizo eco en nuestro corazón y hagámosla vida en nosotros.
6-ACCIÓN
Tomemos un espacio durante el día para conversar con alguna persona sobre el amor y la confianza en Dios.
Saludos, un abrazo fraterno a todos.